Ya publicó este diario en febrero pasado que Repsol estudiaba la venta del 10% de Gas Natural Fenosa para dar un mensaje de disciplina financiera a las agencias de rating. En ese mes, la petrolera comenzaba a negociar con el fondo CVC, según han confirmado varias fuentes al tanto del proceso.
El grupo que preside Antonio Brufau informó a Caixabank de los contactos, pero la oferta para hacerse con un paquete de entre el 10% y el 15% no fraguó porque CVC “ofreció un precio por debajo de las expectativas” y los dos accionistas de control de Gas Natural Fenosa la descartaron, confirman las fuentes.
CVC ofreció en febrero pasado un precio por debajo de las expectativas y no dio garantías de permanencia en el capital de Gas Natural
Además de que la oferta era baja, Repsol y la entidad bancaria catalana consideraban que CVC era un fondo con un excesivo componente de especulación en sus aventuras inversores, algo que no cuadraba con lo que los dos accionistas quieren para el grupo energético con sede en Barcelona.
Desechado CVC, Repsol siguió buscando a un socio para la gasista catalana y en mayo apareció el fondo KKR. Caixabank y la petrolera analizaron los planteamientos que hizo KKR, que “dieron un poco de miedo” por su agresividad, señalan las fuentes al tanto del proceso negociador con el fondo.
La entidad presidida entonces por Isidro Fainé, que ahora ha pasado a ocupar ese puesto en la Fundación Bancaria La Caixa, vetó al fondo, tal y como adelantó Vozpópuli, después de que éste, para comprar un 10% a cada accionista, pidiera importantes cambios en la gestión del grupo, reordenar las normas de gobierno corporativo que regían en el consejo, así como darle una vuelta de tuerca a su internacionalización y desinvertir en activos poco rentables o eficientes (Europa central, Moldavia…).
Caixabank vetó a KKR por pedir importantes cambios en la gestión y en el funcionamiento del consejo, y ser muy agresivo en sus exigencias
Así que después de CVC fue KKR el que se cayó del proceso. Fue entonces cuando Repsol y Caixabank pactaron verbalmente que el próximo ‘invitado’ debía ser un fondo con recorrido, de cierto perfil conservador y con conocimiento del sector y ganas de permanecer en él unos años. Así fue como apareció el fondo estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP) en julio. Compañía inversora que ha estado en la española CLH y que cuenta con un portfolio de participaciones en sectores como el de las infraestructuras y la energía.
Su perfil estable y sus ganas de liderar un cambio ordenado en Gas Natural Fenosa dieron confianza a los dos vendedores, que no han tardado en cerrar los flecos del acuerdo para el nuevo statu quo de poder y control en la energética catalana.
GIP se ha hecho con un 20% y contará con tres consejeros.
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