Se cumple un año de la declaración del estado de alarma en España y la imposición del confinamiento domiciliario que se extendió durante casi todo el segundo trimestre del año pasado, con el consiguiente hundimiento de la actividad económica y la mayor caída del Producto Interior Bruto (PIB) en la historia del país, superior incluso a la experimentada durante la Guerra Civil.
Marzo fue el primer mes en el que ya se apreció ese parón, a pesar de que la actividad se interrumpió únicamente los quince últimos días del mes, mientras que en abril el desplome de la actividad no tuvo precedentes. Esto significa que los datos macroeconómicos que se empezarán a publicar de ahora en adelante no podrán compararse en tasa interanual, dado que eso supondría una importante distorsión.
Economistas consultados por Vozpópuli de Fedea, Funcas, el Instituto de Estudios Económicos y el Consejo General de Economistas, entre otros, coinciden en que lo inusual de la crisis experimentada en 2020 impide comparar los datos. Medir los indicadores en comparación con los registrados en los mismos meses del año anterior no servirá para obtener una imagen de la realidad, sino que sólo se conseguirá una radiografía distorsionada del escenario de recuperación.
"Debemos ser extremadamente cautos y rigurosos a la hora de interpretar las tasas interanuales: si bien en condiciones normales se considera que son las que portan mayor información, en los próximos trimestres van a ser muy poco informativas", advierte a este medio Carlos Victoria, investigador en el think tank EsadeEcPol.
Los datos de febrero han servido para conocer cómo avanza la recuperación casi un año después de la irrupción de la pandemia y para ver lo lejos que estamos del punto de partida. "El problema va a venir a partir de marzo, porque las tasas interanuales van a estar distorsionadas por las caídas espectaculares que sufrimos en marzo o abril", explica por su lado Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE).
En su opinión, lo interesante ahora mismo es observar los datos en tasa intermensual o intertrimestral, que permiten ver cómo va evolucionando la economía y los "momentos de giro", complementados con un índice que permita comparar siempre con el nivel previo a la pandemia.
Interpretaciones sesgadas de los datos
Coincide con su opinión María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, quien cree que la distorsión ya se puede estar produciendo. "Hay indicadores que están dando tasas interanuales negativas, te hacen pensar que están cayendo, pero a lo mejor se están recuperando o estabilizando. Ahora pueden empezar a ser positivos, pero eso no nos dice cómo está la situación actual respecto a cómo estaba antes de la crisis", apunta.
"Las comparaciones interanuales pueden inducir a interpretaciones incompletas de la realidad. Si ves, por ejemplo, un indicador de ventas minoristas que crece en marzo o en abril un 10%, es un dato que no nos dice nada porque está en comparación con un mes en el que estaba todo cerrado, no nos dice nada de cómo están respecto a la situación previa a la crisis", señala.
El mismo problema va a aparecer en indicadores de más peso como el PIB. Fernández explica que aunque en el primer trimestre se esperan caídas tanto interanual como intertrimestral, a partir del segundo y sobre todo en el tercer y cuarto trimestre las tasas pueden ser muy altas, de hasta el 20%, por ser comparadas con niveles extremadamente bajos del año anterior.
El PIB caerá en el primer trimestre
Todos los servicios de estudios consultados se muestran pesimistas con los datos del primer trimestre y contemplan un crecimiento negativo del PIB, de en torno al -0,5% de media, a la vista de los datos que se conocen a cierre de febrero.
"Estamos viendo indicadores adelantados como las ventas de coches, las ventas minoristas, el consumo, la industria… que no son buenos. Si a eso le añadimos que las exportaciones contribuyen de forma negativa al crecimiento del PIB porque la mayoría se dirigen a Europa y Europa no levanta cabeza, es probable que haya una caída del PIB intertrimestral en el primer trimestre", apunta por su parte Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas (CGE).
Se muestran más optimistas con la evolución del PIB en el segundo semestre, pero aún así advierte de que aunque se produzca un rebote, "será engañoso, porque los problemas endémicos que tiene nuestra economía" no se habrán solucionado.
Se refiere "al paro, al desempleo que se va a producir cuando expiren los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), o la explosión de sociedades en quiebra que va a haber cuando acabe la moratoria", lamenta.
España no se habrá recuperado en 2022
De ahí que el CGE se muestre más preocupado con la evolución de PIB en 2022 y en 2023 que con la de 2021, incluso a pesar de que es el año en que se espera que lleguen más fondos de la Unión Europea a la economía.
"La OCDE y el BCE nos han dicho que en 2022 la mayoría de los países habrán recuperado las cifras de 2019, menos España e Italia. Nosotros vamos a estar por detrás, es en eso en lo que tenemos que compararnos", concluye.
Según los datos que maneja el Ministerio de Economía, las ventas en las grandes empresas cayeron un 7,8% interanual en el mes de enero -una caída superior a la registrada en el tercer y cuarto trimestre de 2020, del -5,8% y -4,5%, respectivamente-.
El consumo de energía bajó un 4,6% a cierre de febrero, lo que lleva al Ministerio a estimar una caída trimestral del 2%, superior a la registrada en el último cuarto de 2020, del -1,4%.
El Índice de Producción Industrial ha bajado un 1,9%, en línea con la caída del 2% que registró en el trimestre precedente; la confianza industrial ha retrocedido un 9,6% a cierre de febrero; el índice de comercio al por menor se ha contraído un 9,5% y la matriculación de automóviles ha caído un 38,4% interanual en febrero.
El Índice de Confianza del Consumidor está un 25,2% por debajo al dato del año pasado, el número de afiliados ha caído un 2,1% en febrero, y el paro registrado ha aumentado un 23,5% frente a febrero de 2020.
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