Ni del paro o el empleo, ni en qué va a consistir la nueva reforma laboral o de las pensiones, ni del cambio de modelo de crecimiento para evitar el estrépito laboral, ni de la política económica o presupuestaria, ni de las reformas estructurales necesarias, ni de la reducción del déficit y de la deuda pública, ni de impuestos o del ingente gasto no productivo de las Administraciones Públicas… Nada de nada. Salvo alguna generalidad, el debate televisivo de los cinco líderes políticos dejó bastante que desear en el terreno económico a pesar de la situación evidente de desaceleración. Los responsables políticos pasaron de puntillas sobre la estadística, que desconocen en su mayor parte, ya que, por ejemplo, Sánchez se inventó que se habían creado 530.000 empleos en el último año desde el tercer trimestre de 2018 cuando la cifra oficial de la EPA es de 346.000. Sus compañeros de atril no se dieron cuenta. Lo mismo sucedió cuando Casado dijo que la revalorización del 0,25% de las pensiones establecida por el PP era para los años en que la inflación era negativa o cuando señaló que el Gobierno había acudido “a los bancos” para que prestasen dinero a la Seguridad Social para pagar las pensiones en 1996 (fue un préstamo del Estado pendiente aún de devolución)….
La estadística laboral ha devuelto a los ciudadanos a la realidad mientras los políticos sólo discuten de quién debe gobernar y con qué apoyos. El paro registrado de octubre (primer mes del último trimestre del año), publicado un día después del debate electoral, ha repuntado con fuerza. En términos absolutos, creció en 97.948 personas (en servicios, industria y agricultura sobre todo) frente a las 52.194 del mismo mes de 2018 o, por ejemplo, los 56.844 de 2017. No sucedía desde 2012. Pero, en términos relativos, más equiparable, sale que el desempleo registró un aumento del 3,18%, casi el doble que hace un año y es la mayor subida porcentual desde octubre de 2008, es decir, desde que la crisis empezó con los despidos masivos. Por tanto, el paro empieza a crecer a todo trapo. Además, en términos desestacionalizados el aumento del paro es de 29.153, pero hace un año bajaba en 27.483 y en 2017 la caída era de 23.692. En los últimos 12 meses, como consecuencia de los buenos datos en el primer semestre del año, el paro ha caído en 77.044 personas (2,37). Sin embargo, en 2018 el ritmo de descenso era de 212.323 (6,12%, es decir, más del doble que en 2019). En todo caso, desde 2013 no se registraba un descenso anual tan bajo. Por tanto, la economía es incapaz ya de bajar el paro aunque curiosamente crezca mucho más el empleo, como ha sucedido este mes, gracias a otra vuelta de tuerca de la precariedad pese a que la contratación se despeña. De esta forma, el paro se sitúa en 3.177.659 personas, perdiendo el suelo de 3.011.433 de julio, y se aleja de la frontera psicológica de los tres millones tras bajar de los cuatro en 2014. El paro, de momento, no parece que vaya a bajar más, al menos de forma continua. Para alcanzar la cifra existente en 2007 al inicio de la crisis (2.028.296) todavía falta por reducir la cifra en casi 1,2 millones de personas. Es prácticamente imposible. Quizá en otra futura reactivación económica o quizá jamás por el cambio tecnológico.
Incremento de la precarización
De los datos de octubre se desprende también un grave enfriamiento de la contratación. Lo que significa, como ya constató la EPA, que hay menos trabajo y actividad. La novedad es que es negativa por primera vez desde 2011. Es decir, en octubre de 2019 ha caído un 0,8% anual (casi 19.000 contratos menos que hace un año) frente a, por ejemplo, el crecimiento del 10,43% en octubre del año pasado o del 8,83% en 2017. La contratación indefinida cae un 1,84% (no sucedía algo similar desde 2013) mientras que la temporal desciende un 0,71% (no sucedía desde 2011 en el inicio de la segunda recesión). Todo ello ha sucedido con un incremento de la precarización. Por ejemplo, el 45% (casi 107.000) de los 237.866 contratos fijos se hicieron en este mes son a tiempo parcial, es decir, sólo por unas horas. Se trata de la tasa más elevada desde que hay series estadísticas. Mientras, los contratos temporales se reducen en 14.238 respecto al mismo mes de 2018. De los caso dos millones de estos contratos eventuales, más de 750.000 (38%) fueron a tiempo parcial. Si sumamos todas las contrataciones por horas (indefinidas y temporales) sale que el 39% del conjunto de contratos se suscriben bajo esta modalidad. De esta forma, en octubre se realizaron 2,2 millones de contratos pero sólo para poco más de 1,5 millones de personas. Es decir, a cada persona se le hicieron de media 1,41 contratos (1,46 en el caso de los temporales). Lo que significa que se acentúa el reparto del empleo que ya empieza a escasear.
Que el paro aumente y que descienda la contratación ha sucedido mientras el empleo ha crecido, aunque suene contradictorio. Es decir, se han producido 106.541 nuevos afiliados a la Seguridad Social (0,55%), frente al aumento en 130.360 en el mismo mes de 2018, gracias al mayor repunte este año en la educación con la activación de la universidad y los centros docentes privados en este mes. Pero no es empleo nuevo, salió expulsado durante el verano (para no pagar cotizaciones y cobrar el paro) y que ahora es de nuevo contratado. En todo caso, exceptuando el registro del año pasado, es la cifra más alta desde que hay series en este mes. En los últimos 12 meses las afiliaciones han crecido en 436.920 (2,30%) frente a las 562.544 (3,05%) en octubre de 2018 o las 617.173 en 2017 (3,46%). La de 2019 es la cifra más baja desde 2014. En términos desestacionalizados sube la afiliación en 56.194 personas, pero hace un año el incremento era de 81.059. Lo que significa que el empleo empieza a ser más escaso que hace unos meses.
Este desfase estadístico entre paro y empleo se debe en parte al posible aumento de la población activa, es decir, a que haya más personas que quieren trabajar y que se apuntan al paro elevando su cifra. Pero, también hay que tener en cuenta la falta de homogenización de las dos estadísticas del ministerio de Trabajo, ya que la cifra de paro corresponde a la registrada el último día de mes mientras que los datos de cotizantes son la media mensual de la variación de altas y bajas. Así, mientras la cifra oficial de afiliados medios en octubre es de 19.429.993 (103.218 menos que el récord conseguido en julio), la de afiliados el 31 de octubre es de 19.223.638 frente a los 19.181.445 del último día del mes anterior (30 de septiembre), es decir, el aumento es de 42.193.
Otro dato interesante es que en el septiembre, último dato disponible, se redujo en casi 7.200 el número de empresas con cuenta en codificación en la Seguridad Social. Es la primera vez que sucede desde 2013. El descenso se ha producido entre pequeñas y medianas empresas (en el grupo de entre 2 y trabajadores y de 6 a 50). Entre ambos casos, la pérdida llega a 9.000 empresas frente al alza de casi 1.800 en sociedades con un sólo trabajador (autónomo).
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