Mi abuelo bajaba los sábados a la feria. A la del ganado. Hubo un año que me dijo, muy convencido, que estuvo por comprarme un burro. Se le pasó por la cabeza porque la acémila estaba de cuerpo presente, andaba por allí. Era novedad por viejo, el burro. Decrépito. Como eran novedad las vacas, siempre nuevas, siempre diferentes. Por eso lo llamaban feria, claro.
Si el Mobile World Congress (MWC) fuera una feria de vacas, mi abuelo llevaría tres años sin ir, o tres años contemplando las mismas vacas. El congreso estiró la pata en la primera edición en la que se anunció el 5G. Los teléfonos, lo único que le daba salseo a la cosa, son también lo mismo. No es culpa de los fabricantes, es que no hay más innovación posible. Los móviles son televisiones, cámaras -casi- réflex, ordenadores, agendas, calculadoras.
Como es también historia en esto del Mobile, hubo proclamas indepes en la puerta. En este caso el ritual corrió a cargo de una decena de carnavalistas vestidos de escocés. Quien les escribe les impelió a subirse las faldas para ver todo lo escoceses que eran, pero no hubo de aquello. Ni de lo otro.
MWC, ¿era necesario?
El Mobile World Congress recuperó la presencialidad, pero, ¿era necesario? Interés tiene la cosa, en tanto en cuanto hay quien vende cosas, y quien las compra, pero quizá no tenga nada reseñable para el resto de los mortales. Que levante la mano el stand que no tenga algo relacionado con el 5G, el Big Data o la Inteligencia Artificial. Se coló de soslayo la palabra metaverso y es lo que tendremos como excusa para cafeinar la ocasión, pero créanme, es como volver a ver El Coche Fantástico. Solo queda el coche. Se vive el "Día de la Marmota" cada 28 de febrero, aseguraban ayer dos personas diferentes ligadas al sector a este periodista.
Hace años se dejaba ver Zuckerberg y los mandamases de Google. La crème de la crème se daba cita en Barcelona cada año. Hoy esto no sucede,.
No es cosa, repetimos, de la industria, es cosa de que no se puede ir más deprisa. Llevamos en el atletismo tiempo sin que se batan con alegría y frecuencia los récords mundiales que antes se rebasaban con tanta facilidad. Esto es lo mismo. No es culpa de nadie.
Pero habrá más de lo mismo el año que viene. En la feria nos han iluminado a los plumillas otra edición más. "El 25% de las conexiones a Internet correrán sobre 5G en 2025". Quedan tres años más, por tanto, de tostón. O será uno, que se está haciendo viejo.
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