Economía

Las acusaciones del caso Bankia someten al auditor a un interrogatorio más duro que a Rato

Francisco Celma no es uno de los cuatro acusados por la fiscalía y aún así se ha llevado todo el protagonismo en esta etapa del juicio 

Francisco Celma ha declarado durante cuatro sesiones equivalentes a 19 horas en el juicio del caso Bankia. El socio auditor de Deloitte ha sufrido el interrogatorio más duro en esta etapa en la que han hablado todos los acusados en el caso que juzga uno de los mayores errores financieros de la historia de este país.

Celma ha sido el único acusado en someterse a las preguntas de todas las partes y eso ha provocado que su interrogatorio haya sido más largo y duro que el del propio Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, que tuvo una intervención a trompicones debido a la baja de la fiscal Carmen Launa

El 7 de enero de este año comenzó el interrogatorio de Rato y dos días más tarde se paralizó por la enfermedad de la fiscal. En ese primer 'round', el exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar se mostró seguro, y también altivo, argumentando las respuestas y aludiendo de memoria a la numeración de determinada página de un informe comentado.

También echó mano de los cientos de folios de documentación de los que iba acompañado cuando lo creyó necesario. Launa se vio sin recurso, ante un rato de 'subidón'. 

Retraso del juicio

Tras este primer enfrentamiento llegó el parón. Un letargo que duró hasta el 4 de febrero, cuando Alejando Luzón, el fiscal Jefe Anticorrupción, tuvo que volver a ponerse al frente para que el caso no empezara de cero, tal y como plantea la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim), que advierte que si un proceso se para más de un mes, éste tiene que volver al principio.

El expresidente de Bankia finalizó su interrogatorio echando más leña al fuego tras asegurar que la primera persona que pidió su renuncia como presidente de Bankia fue su homólogo en el BBVA, Francisco González

Rato explicó que tuvo varias reuniones con el exministro Luis de Guindos a las que asistieron sus principales competidores (Santander, BBVA y CaixaBank). En ellas, se le pidió un aumento de provisiones para Bankia hasta los 15.000 millones de euros. Unas dotaciones, según Rato, que respondían más a una cuestión política que económica, ya que se había excluido al Banco de España de esta decisión. 

Pero uno de los puntos más polémicos de su declaración se produjo cuando afirmó lo siguiente: "El consejo nunca mostró su desconcierto sobre la ausencia del informe final de auditoria de Deloitte". Rato explicó que Celma le había dicho que lo tendría cuando el Banco de España diera el visto bueno a las nuevas provisiones que pedía el Real Decreto 2/2012. 

El auditor de Deloitte 

Tras el expresidente de Bankia, los demás acusado fueron más ágiles, con algunas salvedades como la de la exconsejera Araceli Mora, que quizo responder a las preguntas de la fiscal. Mora llegó a asegurar que sí existió un borrador de auditoría, una afirmación que posteriormente Celma se encargó de desmentir hasta la saciedad. 

El auditor, que se enfrenta a penas de hasta 12 años de prisión por estafa a inversores y falsedad contable solicitadas por acusaciones particulares y populares, no por la Fiscalía Anticorrupción, llegó a bromear con esta situación. "Parece que ahora me ha llamado todo el mundo y me los encontraba en cada esquina, pero a los comités de auditoría no me invitaban", ironizó.

Respecto a su propio papel como auditor, ha defendido su independencia en un trabajo que siempre se ha desarrollado en contacto con la CNMV y el Banco de España y en el que "nunca jamás" ha hablado con nadie del Ministerio de Economía sobre ningún cliente suyo.

Durante el interrogatorio, el trabajador de Deloitte ha incurrido en algunas contradicciones como las de Acebes, cuando afirmó que el presidente de comité de auditoría de Bankia nunca le dio su tarjeta ni su número de teléfono para ponerse en contacto por las cuentas de Bankia. Una acción que él sí realizó pero de la que no obtuvo respuesta, ha afirmado. 

No obstante, esta declaración contrasta con la versión que dio él mismo en instrucción, cuando lo citaron como testigo. En ese entonces, el socio de Deloitte aseguró que cuando se encontró con Acebes "le dio el teléfono y el correo electrónico", tal y y como le ha recordado que dijo el abogado de el exministro. 

Ante esta evidencia, Celma se ha tenido que retractar y ha alegado que "si lo dijo en ese momento, se había equivocado".

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