Economía

Con el déficit cercano al 8% la UE flexibiliza el objetivo para 2012 al 6,3% y el 3% en 2014

De Guindos se desplaza a Bruselas para negociar los presupuestos en el Eurogrupo y el Ecofin en el peor entorno posible. Mientras, se prevé que Bruselas relaje sus pretensiones a cambio de nuevas medidas del ejecutivo.

El Estado español pedalea sobre una bicicleta estática. Los esfuerzos de austeridad no sirven para avanzar. Los gastos acumulados en los cinco primeros meses del año ascienden a los 68.000 millones, un 11 por ciento más que el año pasado; mientras que los ingresos no financieros caen un 4 por ciento, hasta los 31.000 millones. Por todo ello, España acude al Eurogrupo y al Ecofin sin haber hecho los deberes en cuanto a la reducción de déficit. A pesar de todos los ajustes acometidos, De Guindos llega a Bruselas con el déficit disparado y proyectado al 8%.

Sin embargo, para tranquilidad del titular de Economía, los ministros de Finanzas de la UE podrían dar mañana un año más a España para rebajar su déficit por debajo del 3% del PIB en 2014 y modificar la senda de disminución. De esta manera, Madrid tendría que alcanzar este año el 6,3% y el próximo el 4,5%, a condición de que se comprometa a más esfuerzos de consolidación fiscal.

Así lo indicaron a Efe fuentes europeas, que explicaron, no obstante, que el borrador se discutirá primero esta tarde en la reunión de ministros de Finanzas de la zona del euro y solo si lo aprueban por unanimidad se incorporaría la propuesta a la agenda del Ecofin.

"De momento no está siquiera en la agenda del Ecofin. Para que lo puedan discutir mañana, los ministros tendrían que adoptar hoy por unanimidad una decisión para añadir la propuesta al orden del día y entonces solo podría salir adelante con una mayoría cualificada", señalaron las fuentes.

Lo que sí está en la agenda del Ecofin es la aprobación definitiva de las recomendaciones específicas por países que ya habían sido discutidas en la última reunión en Luxemburgo, y a las que los líderes dieron su visto bueno en la última cumbre.

La nueva meta de déficit no exime de los recortes

Con estos números, el ministro de Economía, Luis de Guindos, tendrá que negociar con sus colegas europeos durante más de 24 horas qué tijeretazos habrá de aplicar el Gobierno español para reconducir sus presupuestos.

A pesar de que se consiga reducir la meta de déficit para este año, no se evitará que el Ejecutivo de Rajoy tenga que adoptar iniciativas muy duras. Sobre la mesa estarán, entre otras, la subida del IVA y de los impuestos especiales, el céntimo verde, la supresión de una paga extra o de complementos para los funcionarios, el despido de empleados públicos, acortar la prestación por desempleo y una reforma de las pensiones o incluso congelarlas.

Guindos propondrá en Bruselas tocar pensiones, paro, impuestos y Comunidades Autónomas

Europa es muy consciente de cuáles son las vías de desagüe. Por un lado, los ingresos se desploman. En los cinco primeros meses, la recaudación por IRPF apenas repuntó incluso tras haber elevado el impuesto, el IVA cayó un 10 por ciento y Sociedades, un 8. Y eso se traduce en que las necesidades de capital de las Administraciones Públicas durante el primer trimestre de 2012 alcanzaron los 14.600 millones, una cifra algo superior a los 14.400 que se registraron entre enero y marzo de 2011. Los datos acumulados hasta mayo sólo del Estado central ya arrojan un déficit de 36.000 millones equivalente al 3,4 por ciento del PIB, pese a que su objetivo para los doce meses se sitúa en el 3,5 por ciento.

El Gobierno argumenta que este desequilibrio se debe a los adelantos de fondos a las comunidades. De modo que éstas aún han de demostrar que podrán recortar todo lo que no han hecho prácticamente en la primera mitad del año. El mismo comisario Europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha enfatizado que las autonomías son responsables de buena parte del incumplimiento. En cualquier caso, incluso si se descuentan estas transferencias, el desfase de las cuentas sigue siendo mayor que en el ejercicio pasado.

Por otro lado, la Seguridad Social cerró el 2011 con un desvío del 0,06 por ciento, y este año el número de cotizantes ya es medio millón menor al tiempo que el gasto en pensiones continúa aumentando, en concreto un 3,3 por ciento hasta mayo sobre el ejercicio anterior. Con tal de aliviar las tensiones de liquidez y atender sus compromisos, la ministra Fátima Báñez ha tenido que exigir 1.000 millones a Hacienda y tomar prestado 4.500 millones de los excedentes de las mutuas.

El desvío se debe a la caída de los ingresos, el alza del gasto en paro y pensiones y las CCAA

Además, el gasto en desempleo sigue al alza. Sólo en mayo se desembolsaron 2.596 millones en prestaciones, un 8,3 por ciento más que el año anterior cuando precisamente las previsiones auguraban que se abonaría menos. Y para colmo se prevé que la tendencia del paro empeore pese a la buena afiliación en junio, pues el ajuste fiscal y la reducción de personal público apuntan hacia cifras peores. De hecho, hay analistas que interpretan que el dato de junio en realidad fue muy malo porque significa que se esperó hasta el último momento para contratar de cara a la temporada alta del sector servicios.

Pese a que los términos no sean exactamente homogéneos, el hecho de que ya llevemos cinco meses del año es indicativo suficiente para comprobar que los ajustes no funcionan. Los mercados desconfían de España y la semana pasada castigaron nuestra deuda dejando la rentabilidad del bono a 10 años en el 7 por ciento. Igual que en los países atrapados por los rescates, el drama está servido.

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