Economía

La banca se vuelca con los depósitos de las empresas mientras desprecia el ahorro de los hogares

Entre enero y mayo, las empresas han trasladado a depósitos a plazo más de 120.000 millones de euros, que son retribuidos a una media del 2,80%, frente al 1,65% de los particulares

Dentro de unos días, concretamente el próximo 21 de julio, se cumplirá un año de la primera subida de los tipos de interés del Banco Central Europeo que acabó con los tipos cero y negativos. Desde entonces se han producido otras siete más, que han llevado el precio oficial del dinero del el 0% hasta el 4% que rige desde el pasado 21 de junio.

El objetivo último de este giro en la política monetaria del BCE es estrangular el crédito, con el fin de atajar el crecimiento desmedido de la inflación, que alcanzó el pasado año sus máximos en la Eurozona en muchos años. La subida de los tipos despertó en los ahorradores un interés especial, por cuanto llevaban años 'recibiendo' rendimientos negativos o cero de sus ahorros. Ahora, pasado el tiempo, el atractivo del ahorro sigue siendo muy limitado, porque la banca española no necesita dinero y, por tanto, no encuentra razones para atraerlo mediante una política de tipos de interés más agresiva.

La banca juega con la ventaja de que el dinero tiene que estar en alguna parte custodiado: o en cuentas corrientes, remuneradas ahora al 0,10% (0,02% hace un año), o en depósitos a plazo, con una rentabilidad algo más atractiva; pero muy lejos de lo que ofrecen otros activos financieros con idéntico riesgo, y más aún del coste de los préstamos y créditos: 3,71% para una hipoteca y alrededor del 4,5% para las empresas.  

Es por eso que, lentamente, se está produciendo un trasvase de dinero de las cuentas corrientes a los depósitos en busca de alguna remuneración, por exigua que sea. Así, el saldo vivo de las cuentas corrientes de los hogares al finalizar el pasado mes de mayo ascendió a 902.630 millones de euros. En junio de 2022, antes de la primera subida de tipos del BCE en seis años, el dinero acumulado era de 929.793 millones, 27.163 millones más. 

Parte de esta cantidad se ha trasladado a los depósitos a plazo, como lo demuestra el hecho de el saldo vivo ha pasado de 69.216 millones a 80.027 millones a cierre de mayo. Es un aumento de 10.811 millones, un 15,6%. Otra parte ha ido a parar a fondos de inversión, a la compra de Letras del Tesoro y, por supuesto, al consumo. 

A pesar de las quejas de los ahorradores y de los llamamientos de las principales instituciones monetarias nacionales y europeas para que no solo se traslade la subida del precio oficial del dinero a los créditos sino también a los depósitos, la banca española sigue sorteando la presión sin grandes dificultades y menos desembolso. El hecho de que el BCE inundara de dinero la Eurozona desde la declaración de pandemia en el primer trimestre de 2020 está permitiendo a las entidades financieras evitar una guerra por la captación de pasivo, tan tradicional en el sistema financiero español hace unos años.

Poco a poco, sin muchos alicientes, las nuevas operaciones de trasvase de fondos de cuentas corrientes de los hogares a depósitos a plazo se aceleran. De acuerdo con los últimos datos publicados por el Banco de España, en los cinco primeros meses del año, los bancos han captado 46.158 millones de euros, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior. Solo en el pasado mes de mayo las nuevas operaciones han sumado 11.893 millones de euros, cuando en el mismo mes de 2022 apenas captaron 4.213 millones.

Los tipos de interés ofrecidos por los bancos en España se siguen adaptando a las nuevas condiciones del mercado, pero están muy lejos del 4% del precio oficial del dinero. La remuneración media de un depósito a plazo para una familia cualquiera fue en mayo del 1,65%, cuando en diciembre del pasado año ni siquiera llegaba al 0,65% y en junio era casi neutro: 0,07%. Un depósito a plazo de 10.000 euros euros recibe como incentivo 165 euros cada año.

Depósitos al 2,8%

El dato no pasaría de ser una anécdota si no fuera porque los bancos pagan un 2,80% de media a los depósitos de las sociedades no financieras y un 2,84% si el plazo de amortización no supera el año. El 1,65% que en mayo pasado se pagaba a los hogares lo ofrecían los bancos a las empresas en el mes de enero, cuando se habían producido solo cuatro subidas de tipo y restaban otras cuatro. La diferencia de retribución podría encontrarse en que las empresas dejan en los bancos cantidades mucho más elevadas de dinero dependiendo de su liquidez, mientras los hogares se decantan por cantidades mucho más pequeñas, que tienen menos atractivo para las entidades financieras.

Con esta retribución a nadie puede extrañar que en los cinco primeros meses de este año las empresas haya colocado en las entidades financieras un total de 120.157 millones de euros en nuevas operaciones, cuando en el mismo periodo de 2022 apenas pusieron en sus manos 45.620 millones. Se trata de un crecimiento del 163,4%, desconocido en los últimos años. El saldo vivo ha pasado de 20.771 millones de euros en junio de 2022, antes de que Christine Lagarde cambiara el rumbo de la política monetaria, a 45.746 millones. 

Como contrapartida, el volumen de dinero “almacenado” en cuentas corrientes se ha reducido. Ha pasado de 297.457 millones en junio de 2022 a 253.526 millones, un descenso de casi 44.000 millones.

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