El varapalo que para los aficionados del Real Madrid supuso la temprana eliminación de la Champions League este martes a manos del Ajax tiene su correspondencia en las cuentas y, especialmente, en el presupuesto de club para esta temporada, que los socios compromisarios aprobaron por amplia mayoría en la última asamblea. El mazazo también es económico y cuantificable: algo más 50 millones de euros dejará de ingresar el club por el fiasco ante el club holandés, lo que equivale al 7% del total de ingresos de explotación previstos para la temporada en curso.
Si el Real Madrid fuera una empresa cotizada, bien se podría decir que ha sufrido un 'profit warning', una revisión a la baja de las principales variables de la cuenta de resultados, especialmente el beneficio. El que sí cotiza es el Ajax, que se apuntó este miércoles subidas superiores al 7% que auparon su cotización hasta máximos históricos.
Ingresos del Ajax
Porque el Ajax se encuentra precisamente en la situación contraria al Real Madrid. En los últimos años jamás había ingresado tanto dinero por su participación en las competiciones europeas. Por el contrario, el Real Madrid había enlazado ocho años consecutivos llegando al menos a las semifinales, lo que le aseguraba ingresos por esta competición entre 65 y 70 millones de euros. De esos ocho ejercicios, en cuatro se alzó con el título (los tres últimos de forma consecutiva), con lo que los ingresos por la Champions se habían disparado por encima de los 85 millones de euros por temporada.
Sin embargo, la temprana eliminación de este año hará que esas cifras se queden en unos exiguos 34 millones de euros. Como todos los equipos que participan en la fase de grupos de la Champions, el Real Madrid ingresa esta temporada un fijo de algo más de 15 millones de euros, a los que hay que sumar los casi 11 millones de euros que ha obtenido por sus cuatro victorias en esta fase. La clasificación para octavos de final le reporta 9 millones más.
Presupuesto demasiado optimista
Sin embargo, los grandes premios que reparte la UEFA, organizadora de la competición, llegan a partir de este momento de la competición. Más del 50% de los ingresos que puede obtener un club por jugar la Champions se reparte desde cuartos de final en adelante.
Al contrario de lo que era habitual hace unos años, los directivos del Real Madrid habían incluido en sus estimaciones volver a llegar muy lejos en la competición continental. La prueba es que el presupuesto para la temporada 2018-19 incluye una cifra de ingresos de explotación de 752 millones de euros, muy similar a la de 750 millones que fueron los ingresos reales de la temporada anterior pero no los presupuestados (que fueron 690 millones).
Precisamente, buena parte de este desfase se produjo porque el club tiró de prudencia y no incluyó en sus estimaciones contables llegar a las últimas rondas de la Champìons. Para esta temporada, el criterio cambió y el Real Madrid presentó un presupuesto de continuidad con los últimos resultados, según explicó en la citada asamblea Pedro López Jiménez, uno de los vicepresidentes del club y hombre de total confianza del presidente del club, Florentino Pérez (con el que comparte el consejo de ACS desde finales de la década de los 80).
El impacto en este presupuesto de la caída del Real Madrid en octavos de la Champions se explica porque el club ingresará un 60% menos que en los últimos años por su participación en la competición.
La hipoteca del nuevo estadio
Unas cifras que además no son compensadas por la venta de jugadores (como ha sido el caso de Cristiano Ronaldo en verano por 100 millones de euros), toda vez que no entran en el capítulo de ingresos de explotación sino en el de ventas de inmovilizado. Una partida que está siendo positiva en las cuentas del club en los últimos años porque está gastando menos en adquirir futbolistas de lo que ingresa por las ventas de jugadores.
Una estrategia que se ha relacionado con los planes de Pérez para acometer una reforma integral del estadio cuyo coste se irá por encima de los 500 millones de euros, cifra que debe acometer el club después de que la emiratí IPIC decidiera romper el acuerdo que tenía con el club para financiar las obras a cambio de un contrato a largo plazo para del branding del nuevo estadio.
Precisamente, este varapalo económico que ha supuesto caer en octavos de final de la Champions llega en el peor momento posible, cuando el club ultima un crédito de 525 millones de euros para la reforma del estadio y, al mismo tiempo, precisa de profundos cambios en la plantilla para volver a ser competitivos, tras una temporada ayuna de éxitos deportivos.
Las entidades financieras que finalmente concedan el préstamo exigirán al club un plan de negocio, que incluirá desinversiones, como ya sucedió precisamente cuando Florentino Pérez accedió a la presidencia del Real Madrid por segunda vez, en el verano de 2009. Por entonces, el club pidió un crédito para acometer de una vez fichajes muy caros como los de Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema y Xabi Alonso, entre otros.
Las exigencias de la banca obligaron al club a desprenderse de los futbolistas que más cartel tenían en aquel momento, especialmente los holandeses Sneijder y Robben, sin tener en cuenta ningún criterio de tipo deportivo. Mal momento para dejar de contar con unos ingresos que se daban, no sin cierta suficiencia, por seguros.
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