La brecha entre ricos y pobres se ha convertido en un abismo desde que comenzó la crisis. Así lo señalan los últimos indicadores internos del Banco de España e internacionales de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). Ambos coinciden: los recortes en desigualdad que se vivieron hasta 2006 han sido anulados de un plumazo por la crisis y los recortes sociales que la han acompañado han acrecentado la brecha entre quienes más tienen y quienes más necesitan.
Según los datos del Banco de España, la brecha que separa al 10% de los que menos ganan de los 10% mejor pagados disminuyó un 9,5% entre 1997 y 2006 pero ha crecido mucho más desde que comenzó la crisis. En 2010 ya se había desandado ese avance porque en esa fecha la desigualdad salarial subía ya un 9,5%. El banco central concluye que “las magnitudes del aumento de la desigualdad son mayores que los estándares internacionales”.
Desde entonces, la distancia entre quienes más y menos cobran ha aumentado todavía más porque –según los datos de salarios del INE— quienes están entre el 10% de los mejor pagados en España han visto como su nómina crecía un 36%, desde los 3.256 euros en 2010 a los 4.445 euros al mes en 2011. Por el contrario, el 10% de los más necesitados ha visto menguar su nómina media a los 460 euros al mes.
Perfiles de riqueza y pobreza
El retrato robot de los mejor retribuidos en España tiene cinco características: es un hombre, tiene estudios universitarios o doctorado, un contrato indefinido y trabaja para una empresa de finanzas o seguros con más de 250 empleados como director o gerente. Por el contrario, el perfil de la pobreza en España tiene rostro de mujer, con estudios bajos y un contrato temporal y se dedica a “labores elementales” o a asistencia en el hogar. Sin embargo, entre los diez grupos peor retribuidos en España están también quienes se dedican a “labores científicas”, según muestra el Instituto Nacional de Estadística.
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La construcción atenuó la desigualdad
El problema del aumento de la desigualdad en España está, en cualquier caso, en su base. Según el análisis del banco central, la subida de sueldos de quienes trabajaban en la construcción tuvo un efecto positivo: disminuyó la diferencia con los más ricos desde abajo. Aunque el enriquecimiento fue general, porcentualmente es mayor para quienes menos tenían de forma que obreros y mano de obra sin cualificar.
“Las magnitudes del aumento de la desigualdad son mayores que los estándares internacionales”, concluye el BdE
Por eso, concluyen los estudios del banco, es necesario tener en cuenta lo que se definen como “políticas de bienestar” para evitar que se produzca una fractura de la sociedad.
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