La brecha económica que separa a Madrid de Cataluña sigue agrandándose. La prueba más reciente la aportó este jueves la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Según el organismo, la región que lidera Isabel Díaz Ayuso cerrará 2021 con una deuda del 14,6% en términos de PIB, frente al 35,7% con el que tendrá que lidiar el Govern de Pere Aragonés.
El nivel de endeudamiento en Madrid es ya muy inferior a la mitad del que refleja Cataluña. En concreto, 21,1 puntos menos. Se trata del mayor 'gap' registrado hasta el momento, con la excepción del fatídico 2020, cuando el histórico confinamiento y las duras restricciones pusieron patas arriba todos los indicadores económicos. Según desvela la Airef, el pasado año, la brecha en términos de deuda fue ligeramente superior: 22,5 puntos, del 38,3% de Cataluña al 15,8 de Madrid.
La lenta vuelta a la normalidad ha reducido ligeramente los 'números rojos' en las dos comunidades autónomas, pero la brecha del endeudamiento se mantiene casi intacta. Y, según las previsiones de la Airef, esa será la tendencia vigente en los próximos años.
Las diferencias en torno a la deuda refuerzan más aún el 'sorpasso' iniciado por la Comunidad de Madrid en 2018. Aquel año, desbancó a Cataluña como motor económico de España, al superarla por volumen de PIB. Desde entonces, coincidiendo con la deriva independentista, las estadísticas oficiales han ido aportando indicadores que demuestran la profundidad de la fisura.
Por ejemplo, según los datos recopilados por el Colegio de Registradores, como avanzó Vozpópuli, más de la mitad de las 6.763 compañías que han abandonado Cataluña desde 1-O se han instalado en Madrid. El pasado abril, la Cámara de Comercio de Barcelona aportaba otra cifra reveladora: la deuda per cápita de los catalanes ha duplicado la de los madrileños (10.330 frente a 5.028 euros).
El ritmo imparable de endeudamiento de Cataluña lleva a la Airef a lanzar una advertencia. "El aumento del stock de deuda pública legado de la crisis de la Covid-19, sumado a un elevado nivel de partida y al previsible deterioro del saldo fiscal de los próximos años, sitúan la sostenibilidad financiera de Cataluña en una posición de mayor vulnerabilidad", avisa en el informe publicado ayer.
Según el organismo que preside Cristina Herrero, el endeudamiento se ha convertido en un problema perenne para la Generalitat. En los años previos al estallido de la pandemia, el nivel de deuda ya reflejaba valores por encima del 33%. Desde los mínimos marcados en 2007, antes de la crisis del ladrillo, los 'números rojos' de la región han aumentado más de 27 puntos. "La evolución del PIB y del saldo fiscal ligado a la crisis sanitaria proyectan un ligero incremento de la ratio en los próximos años, retrasando el proceso de desapalancamiento y aumentado el riesgo de sostenibilidad de las finanzas públicas", señala la Airef.
En el caso de Madrid, el comportamiento de la deuda ha sido muy distinto. Al inicio de la crisis sanitaria, la comunidad autónoma ya registraba valores cercanos al 14%. Desde la anterior recesión, se ha incrementado en nueve puntos.
¿Qué va a ocurrir en los próximos años? Para hacer sus cálculos, el organismo independiente toma como referencia el objetivo de deuda que contemplan las reglas fiscales del Ministerio de Hacienda. Para las autonomías está fijado en el 13% (44% en la Administración Central y 3% en las entidades locales). Según la Airef, en el caso de Cataluña, "alcanzar el límite de referencia del 13% requerirá más de dos décadas". El informe pone incluso una fecha: 2045, un año más tarde que la media de todas las comunidades autónomas (2044).
Por el contrario, el desapalancamiento será mucho rápido en la Comunidad de Madrid. En concreto, podría lograr ya el objetivo del 13% en 2029. Es decir, 15 años antes que la media regional y 16 antes que Cataluña.
La diferente 'calidad' de la deuda de los dos grandes motores de la economía española se refleja en las calificaciones que le asignan las principales agencias. Moody's otorga a la catalana un nota de 'Ba2' y Fitch, de 'BB'. Como recuerda la propia Airef, "en ambos casos, la deuda a largo plazo se sitúa dentro de la categoría de grado especulativo". Por ejemplo, Moody's considera que cualquier título con una calificación similar está sujeto "a un riesgo crediticio considerable".
En el caso de Madrid, tanto Moody's como Fitch y Standard & Poor's coinciden en mantener sus títulos de deuda dentro de la categoría de grado de inversión.
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