La deuda de las administraciones públicas crece a un ritmo desmesurado, próximo al 5% anual. Antes de la pandemia estas variaciones estaban más cerca del 2%. En términos absolutos, son alrededor de 70.000 millones más que hace un año. En 2019 y 2018 las subidas anuales rondaban los 30.000 millones. Es decir, que el crecimiento es más del doble de intenso. Como consecuencia, el volumen de deuda se sitúa en niveles históricos: 1,563 billones en agosto, según el Banco de España (BdE). El máximo lo alcanzó en junio: 1,569 billones.
El agujero de las cuentas públicas superó la barrera del billón y medio en septiembre de 2022. Cada mes la deuda registra variaciones, fundamentalmente al alza. Esto hace que las comparaciones anuales no sean iguales todos los meses. En lo que va de 2023 el crecimiento anual más intenso se registró en junio, cuando la deuda fue un 6,3% más elevada que en el mismo mes de 2022, 92.500 millones de diferencia. En julio y agosto las subidas anuales fueron del 4,7% (alrededor de 70.000 millones más).
Antes de la crisis sanitaria y la generada por la guerra en Ucrania los crecimientos anuales eran más moderados. En agosto de 2019 la deuda pública era 29.000 millones más elevada que en agosto de 2018, cuando a su vez había subido en 32.500 millones respecto al mismo mes del año anterior. Las variaciones relativas fueron del 2,4% y 2,8%, respectivamente. El máximo se alcanzó en junio de 2019, con un repunte del 3,3% (la mitad que en junio de este año) y 39.400 millones (un 60% menos que este año).
El 111% del PIB, 13 puntos más
Si se relaciona el volumen de deuda con el Producto Interior Bruto (PIB), España es el cuarto país de la Unión Europea con mayor ratio de deuda, un 111,2% del PIB en el segundo trimestre, según los últimos datos de Eurostat. Son 13 puntos más que antes de la pandemia, en el cuarto trimestre de 2019. Por delante sólo están Grecia (166,5%), Italia (142,4%) y Francia (111,9%). La revisión al alza del crecimiento del PIB en 2021 y 2022 que llevó a cabo el INE en septiembre automáticamente ha mejorado la ratio de deuda pública al compararse con un PIB superior (1,346 billones en 2022).
La posición de España en el ranking ha empeorado, según los datos actualizados por Eurostat. En el primer trimestre ocupaba el quinto puesto, con una ratio también del 111,2%, por debajo de Portugal (112,4%). Sin embargo, Portugal ha rebajado su nivel de deuda pública al 110,1% en el segundo trimestre, bajando al cuarto puesto y subiendo nuestro país al primero. Lo mismo ocurría si se mira el dato anual de 2022: España registró un nivel de deuda sobre PIB superior a Portugal, ocupando de esa forma el quinto lugar.
Europa ahora trabaja en las nuevas reglas fiscales, tras tres años suspendidas por las sucesivas crisis. A falta de que se concreten en una propuesta legislatura el próximo mes, se espera que los límites generales del 3% del PIB en el déficit y del 60% en la deuda se mantengan. España lleva 16 años sin tener unos niveles de déficit y deuda pública inferiores al 3% y 60% del PIB, respectivamente.
La última vez que el déficit público bajó del 3% fue en 2018 (año en el que gobernó primero el PP y luego el PSOE), pero entonces la deuda pública se situaba en el 100% (desde 2010 supera el 60%). Hay que remontarse a 2007 para encontrar el último momento en que España gozó de un déficit inferior al 3% del PIB (concretamente, un superávit del 1,9%) y una deuda inferior al 60% (del 35,8%).
En 2022 un total de 13 Estados miembros registraron niveles de deuda superiores al 60%, entre ellos España (111,6%). Diez países también tuvieron un déficit superior al 3%, entre los que estaba España (4,7%). Que incumplieran los dos límites, en 2022 sólo hubo cinco: Bélgica, España, Francia, Hungría y Austria. Por contra, que sí las cumplieran por completo en 2022 sólo hubo nueve países: Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Eslovaquia y Suecia.
El coste de la deuda, también en máximos
A su vez, el alza de tipos está teniendo un impacto multimillonario en las cuentas públicas. Este año el Estado pagará 10.000 millones más en intereses de la deuda que en 2021, antes de que el Banco Central Europeo (BCE) ejecutara la primera subida. En el Plan Presupuestario remitido a Bruselas esta semana el Gobierno asume un gasto de 35.600 millones, frente a los 26.000 millones de hace sólo dos años; es decir, 9.600 millones más. En 2024 la factura crecerá en otros 3.500 millones, hasta los 39.100 millones.
Si se cumplen las previsiones del Gobierno, implicará que el gasto en intereses de la deuda roce este año los máximos históricos y el próximo año bata un nuevo récord. En 2013 los intereses pagados por la deuda de las administraciones públicas sumaron 36.700 millones. A partir de entonces la factura en euros nominales empezó a bajar y antes de la crisis inflacionista, durante 2020 y 2021, se situaban en niveles ya muy reducidos, en el entorno de los 25.000 millones anuales.
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