Todos los países de la Unión Europea (UE), con excepción del Reino Unido y la República Checa, sellaron este viernes su compromiso con la disciplina y la consolidación de las cuentas públicas al firmar el recién acordado pacto presupuestario. Los jefes de Estado y de Gobierno de 25 países miembros rubricaron el llamado "Tratado para la Estabilidad, la Coordinación y la Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria", en una ceremonia al inicio del último día de la cumbre europea.
El tratado supone un "importante paso para restablecer la confianza en la UE" y también permitirá "prevenir la repetición de la crisis de la deuda soberana", afirmó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al inicio de la ceremonia de firma. Obliga a los firmantes a introducir en su Constitución o norma de rango similar una "regla de oro" que limite el déficit al 0,5% del PIB. Además, prevé sanciones casi automáticas para los países que superen el umbral del 3% del PIB.
Sus primeras consecuencias ya se han hecho visibles. Tanto la Comisión como Suecia, Finlandia y Luxemburgo han esgrimido el endurecimiento del rigor fiscal previsto en el nuevo Tratado como argumento para no relajar de inmediato el objetivo de reducción de déficit para España, como pretendía el Gobierno.
Irlanda convoca referéndum
Pero la ratificación de esta nueva norma ya ha chocado con su primer escollo: el anuncio, por parte de Irlanda, de que convocará un referéndum. Dublín ya rechazó en 2001 el Tratado de Niza y en 2008 el de Lisboa en sendas consultas que se acabaron repitiendo.
Además de que en esta ocasión Irlanda no tiene poder de veto, el Tratado prevé que aquellos Estados miembros que lo rechacen no tengan acceso a nuevas ayudas del fondo de rescate para países endeudados. Irlanda se beneficia en estos momentos de un plan de ayuda de la UE por valor de 85.000 millones de euros.
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