El Ejecutivo se ha visto obligado a tomar recursos del Fondo de Reserva de la Seguridad Social para poder pagar las pensiones. A finales de verano, retiró unos 3.000 millones para hacer frente a tensiones de la tesorería, apurando al máximo el 3 por ciento de gasto anual en pensiones que la ley le permitía coger. De modo que ahora ha tenido que modificar la legislación para sacar de esta hucha otros 3.500 millones.
Y esos 6.500 millones en total no computarán ni como déficit ni como deuda del Estado. El déficit de las pensiones consiste en la diferencia entre los ingresos por cotizaciones, que caen por la crisis, y el gasto en las prestaciones de los jubilados, que aumentan con la esperanza de vida y unas pensiones más altas.
El Gobierno emplea esos capitales que tenía apartados en el Fondo de Reserva simplemente para financiar tal desfase, es decir, abonar la liquidez que falta en la Seguridad Social y asegurarse así el pago puntual de las pensiones. Todo ello lo hace desinvirtiendo, sin tener que apelar a los mercados y, por lo tanto, sin tener que endeudarse más.
No obstante, semejante inyección sí que podría contar como un incremento de la deuda pública, pues el Fondo de Reserva tiene sus ahorros invertidos en bonos del Reino de España. Así que para poder liberar estos recursos, el Ejecutivo debe vender los títulos a los mercados, de forma que dejan de estar en manos del Estado y, por consiguiente, vuelven a contabilizarse como deuda pública neta y el montante de ésta se eleva.
Sin embargo, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha diseñado una estrategia para que este aumento de la deuda pública no suceda. Sencillamente, esperará a que se produzcan los vencimientos de la deuda y hará caja sin tener que vender los títulos y, por lo tanto, sin engordar la ratio de endeudamiento. No obstante, este planteamiento presenta ahora mismo un interrogante: ¿vencen en diciembre los suficientes títulos del Fondo de Reserva como para recabar esos nuevos 3.500 millones que se precisan para la paga extraordinaria de este mes?
Por otro lado, gracias al cambio en la ley, el Estado podrá hasta finales de 2014 disponer de los dineros guardados en el Fondo de Reserva con un límite: el déficit que la Intervención General del Estado reconozca en las cuentas de la Seguridad Social.
Como este año ha empleado ya casi 7.000 millones, de ahí se puede inferir entonces que este año el déficit de las pensiones alcanzará al menos esa cifra. El Gobierno ya ha enviado a la agencia Eurostat la previsión para este ejercicio de unos números rojos por valor de 10.000 millones.
Además, el Ministerio de Empleo ya ha dispuesto de más de 4.000 millones que había ociosos en el Fondo de Prevención y Rehabilitación de las mutuas. De éstos, la mitad estaban en deuda pública y, en parte, sí han engrosado el endeudamiento del Estado.
Las prestaciones están encareciéndose a un ritmo del 4 por ciento en los últimos once meses, al tiempo que los ingresos se desploman por la destrucción de afiliaciones, unas 2,9 millones en lo que va de crisis.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, afirmó este miércoles que se han perdido unos 4.100 millones de euros al año por la caída de cotizantes, es decir, más de 20.000 millones en los últimos cinco años.
Con un retroceso del PIB de al menos el 0,5 por ciento en 2013, no se generará empleo y la proyección del agujero de las pensiones apuntará por encima de los 7.000 millones de este año. Al cierre de 2012, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social se situará en los 60.000 millones.
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