El hachazo a Mercadona tendrá que esperar. La vicepresidenta Yolanda Díaz aboga por dejarlo de momento en el cajón, toda vez que se ha encontrado con el rechazo completo del PSOE. En medio de la negociación sobre el paquete de medidas y ayudas que permita a las familias paliar los efectos de la inflación, Díaz pone ahora sobre la mesa nuevas fórmulas que sí puedan convencer a sus socios de Gobierno; entre ellas, la bajada selectiva del IVA a algunos alimentos.
Como contó este periódico, hace varios días que Unidas Podemos se sienta con miembros del partido socialista para tratar de convencerles de la necesidad de aprobar un impuesto extraordinario que grave un 33% los "márgenes gananciales" de los grandes supermercados, como pueden ser Mercadona, El Corte Inglés o Carrefour. Se trata de una propuesta que hizo saltar rápidamente las alarmas en el seno de estas compañías, pero que por el momento está recibiendo el "no" del PSOE. "La inflación no es un problema de márgenes", adelantaba hace unos días el ministro de Agricultura, Luis Planas, que insistió en la necesidad de que las medidas que se apliquen para los supermercados "vayan a la raíz del problema".
La tarea de acercar posturas con los socialistas está haciendo que Díaz rebaje el tono de sus medidas propuestas. El impuesto no tiene visos de ser aprobado, tanto por falta de acuerdo como por falta de tiempo para llevarlo a cabo antes del cierre del año, por lo que la vicepresidenta mira ahora hacia medidas más cosméticas que permitan reducir el precio de la cesta de la compra: de la rebaja selectiva del IVA a un código de buenas prácticas que vincule a los supermercados con una selección de productos asequibles en sus establecimientos.
La rebaja del IVA supondría, de hecho, una concesión a la demanda de las empresas y del PP, que ya en septiembre solicitaron esta medida al Gobierno por considerarla "más efectiva" para bajar el precio de los productos en el supermercado. Se trataría, de salir adelante, de una rebaja selectiva del IVA a productos que actualmente están gravados con el IVA reducido (10%) para hacerlo con el superreducido (4%). En esta lista podrían entrar alimentos como el aceite, el pescado, la carne, las conservas o la pasta seca. Productos como la leche, los quesos, los huevos, las frutas, las hortalizas o las legumbres ya están gravados al 4%.
Esta rebaja, que el PP y el sector reclaman para algunos productos gravados al 10%, ha sido rechazada frontalmente por el Gobierno con el argumento de que se trata de una reducción generalizada de impuestos dentro del relato en el que también se opone a deflactar el IRPF.
Sin embargo, el Ejecutivo también criticaba la rebaja del IVA del gas que propuso el PP y la ha acabado adoptando. En septiembre, la vicepresidenta segunda admitió en 24 Horas que era partidaria de rebajar el IVA de productos saludables como el pescado o el aceite. El Gobierno lo ha seguido descartando de forma tajante, incluso la propia Díaz.
Del IVA selectivo... al cheque
La vicepresidenta alega que en realidad se opone así por completo a aprobar una bajada generalizada del IVA de los alimentos, por considerar que "ensancharía los márgenes empresariales de las grandes distribuidoras y no arregla el problema de la cesta de la compra". Pero no rechaza hacerlo de forma selectiva. "Si me dice específicamente bajar el IVA del pescado al 4% le diría que sí", puntualizaba Díaz este lunes a preguntas de Vozpópuli, durante la rueda de prensa para presentar el informe de expertos sobre el SMI.
Junto con esto, la vicepresidenta insiste en volver a intentar poner en marcha su cesta de la compra con precios topados, que ya fracasó en septiembre. No obstante, Díaz planea ahora crear una especie de código de buenas prácticas al que puedan unirse de forma voluntaria las compañías y que, de alguna forma, penalice a quien no lo cumpla y beneficie a las empresas que sí diseñen esta cesta, incluyendo en ella productos "saludables" y cuyo precio se mantenga estable en el tiempo. Esto último es el obstáculo con el que se encuentra la ministra, que ya recibió el mensaje de la CNMC de que un acuerdo de precios entre empresas sería contrario a la ley.
La puesta en marcha de un código de buenas prácticas voluntario a imagen del de hipotecas de la banca que ha negociado Nadia Calviño podría salvar los obstáculos que plantea un pacto de precios contrario a la competencia pero se perfila de escasa eficacia y de difícil control.
Las medidas que pactan Unidas Podemos y PSOE tratan de facilitar una bajada de precios en el supermercado e incluyen financiar un cheque de cerca de 300 euros que permita hacer la compra a familias vulnerables. El Gobierno prevé destinar la partida que dedicaba a la ayuda generalizada a carburantes, que ahora proyecta restringir, a la cesta de la compra.
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