El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que los precios de la vivienda han vuelto a recuperar niveles precrisis y, aunque no se ha atreve a afirmar que esta vez es diferente y que sea completamente descartable que vaya a generarse una burbuja y después una crisis, sí advierte de que hay razones que llevan a pensar que la actual coyuntura no es tan peligrosa como era en once años.
"Hay varias razones que llevan a pensar que en la actual coyuntura conviene mantenerse alerta, pero sin entrar en pánico", reconoce la institución, después de confesar que nunca se puede afirmar la frase de "esta vez es diferente". "Resulta un disparate" hacerlo, sostiene.
La institución que dirige Kristalina Georgieva en sustitución de Chrsitine Lagarde detecta como primera diferencia que el auge actual del sector inmobiliario no está sincronizado en todos los países. De hecho, considera que existen tres grupos de países distintos.
Hay 18 economías cuyos precios se hundieron durante la crisis financiera y que han seguido bajando desde entonces, otros 18 en los que los precios se han recuperado después de una drástica caída; y hay otros 21 en los que el descenso fue más moderado y estuvo seguido de un rápido repunte.
No es cuestión de crédito sino de falta de oferta
Otra diferencia que existe respecto a 2008 es que, dentro de cada país, "el auge está circunscrito a una o unas pocas ciudades", y no es tan general como entonces.
El motivo de la burbuja es también distinto, ya que mientras entonces estuvo impulsada por un fuerte crecimiento del crédito, ahora, en la mayor parte de los casos, se debe a limitaciones en la oferta.
"Esta vez las restricciones en el lado de la oferta parecen ser factores altamente determinantes de ciertos auges de precios. Los permisos residenciales han aumentado tan solo moderadamente en algunos países. El impacto de las limitaciones de la oferta es evidente en el caso de muchas ciudades", explican.
Alta vigilancia
Por último, el FMI respira ahora más tranquilo porque "los países ahora recurren de manera más activa a políticas macroprudenciales para contener los auges de la vivienda". Los reguladores nacionales e internacionales están vigilando con más celo el auge de precios y están empleando políticas macroprudenciales para contenerlo, explica.
La era de la indiferencia benévola frente a los auges de precios de la vivienda ha terminado"
"El FMI ha venido insistiendo en el uso de medidas macroprudenciales, junto con medidas para estimular la oferta en muchos países, entre ellos Australia, Canadá y varias economías europeas. Esto se debe a que, si bien los aumentos de precios obedecen a restricciones en la oferta, su impacto en el endeudamiento de los hogares podría tener implicaciones negativas para la estabilidad financiera", advierten.
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