Una encargada de la reconocida firma textil Cortefiel ha sido despedida tras apropiarse de descuentos destinados a clientes, una acción que le valió la pérdida de confianza de la empresa y la confirmación de su despido por parte del Tribunal Supremo. Sin embargo, este hecho no es aislado para la empresa. En junio de 2018, Cortefiel implementó una estrategia para fidelizar a sus clientes mediante la devolución de dinero en forma de tarjeta abono, equivalente al 20% del importe de la devolución de productos.
Esta estrategia se activaba cuando un cliente retornaba un artículo, ofreciéndole la opción de obtener un descuento para su próxima compra en lugar de un reembolso en efectivo o tarjeta. Sin embargo, la encargada de una de las tiendas Cortefiel no siguió los protocolos establecidos. Después de una auditoría interna realizada en octubre de 2021, la empresa descubrió que la empleada en cuestión había utilizado descuentos destinados a clientes para su propio beneficio. En total, se apropió de 132,89 euros en descuentos, además de 7 euros de la tarjeta de abono.
Un despido procedente por repetición
Ante estas acciones, Cortefiel tomó la decisión de despedir a la trabajadora, emitiendo la carta de despido disciplinario el 22 de diciembre del mismo año. La empleada recurrió la decisión ante el Juzgado de lo Social nº 6 de Zaragoza en junio de 2022, pero la sentencia favoreció a la empresa. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Aragón ratificó la legalidad del despido en enero de 2023, argumentando la pérdida de confianza de la empresa debido a la repetición de la conducta de la empleada, que se benefició de los descuentos en nueve operaciones en poco más de dos meses.
Inconforme con esta decisión, la extrabajadora presentó un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, argumentando una presunta infracción de los preceptos legales. Sin embargo, el Supremo no admitió el recurso, señalando que no se presentaron razones suficientes para cuestionar la sentencia previa. El tribunal también destacó que el convenio colectivo del comercio textil de Zaragoza prevé el despido como sanción para este tipo de conductas, especialmente grave dada la posición de responsabilidad de la trabajadora como encargada de la tienda. La inadmisión del recurso por parte del Tribunal Supremo confirma la firmeza del despido procedente de la encargada de Cortefiel, quien, por una suma relativamente pequeña de dinero, perdió su empleo y su reputación laboral.
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