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"Reinventarse o morir": Heineken y Mahou se lanzan a iniciativas ecologistas para 'sobrevivir' en sequía

Las grandes cerveceras españolas saben que o apuestan por la sostenibilidad o su futuro será complejo. La dependencia del agua les obliga a apostar por iniciativas 'eco' contra la sequía

La sequía aprieta desde hace años. El sector agrario lo sufre cada día y tiene que lidiar con producir sin tener el agua suficiente. Pero el campo no es el único que teme la falta de lluvias. También el sector de la cerveza mira con recelo estos últimos años, en los que la sociedad y la economía ha tenido que lidiar con una intermitente pero preocupante sequía.

Es por ello que las grandes cerveceras con presencia en España, como Heineken o Mahou, se han 'lanzado' a proyectos de corte ecologista para poder hacer frente a la sequía. De hecho, Heineken y la Junta de Andalucía renovaron hace un par de semanas el convenio para proteger el agua de Doñana, un convenio con en el que ya han realizado una inversión total de más de medio millón de euros de 2016 a 2026.

Esta preocupación por el agua no es tema baladí. El 95% de la cerveza es agua y para producir un litro de cerveza se necesita de media unos cuatro litros de agua, aunque depende de la empresa fabricante: un litro se queda en la cerveza, medio litro se evapora y una gran parte se utiliza en el proceso, convirtiéndose en agua residual que podría reutilizarse. Si se tiene en cuenta que en 2022 se fabricaron en España 4.110 millones de litros de cerveza, aproximadamente se consumieron 16.440 de agua para ello. Esta realidad hace más que evidente la preocupación que se respira en el sector por un tema tan importante como es el agua.

"Conscientes del impacto que el cambio climático tiene en la agricultura en general y en las cosechas en particular, las empresas cerveceras compartimos la preocupación por la falta de lluvias, las altas temperaturas y la sequedad del ambiente, entre otras condiciones climáticas", declaran desde Cerveceros de España a preguntas de Vozpópuli.

Con este panorama, las empresas cerveceras son perfectamente conscientes de la importancia que tiene cada pequeña acción que tenga que ver con el respeto y la regeneración del agua. "El agua es una de las materias primas esenciales para la elaboración de la cerveza, junto a la malta y el lúpulo. Sin agua, no hay cerveza. En este sentido, el cambio climático es una realidad en la que las empresas cerveceras venimos trabajando a través del desarrollo e implementación de soluciones que nos permitan reducir cualquier posible impacto derivado de condiciones climáticas específicas", añaden estas mismas fuentes de la asociación más grande de España de la cerveza.

La apuesta de Heineken por el agua

Entre otras medidas de excelencia relacionadas con el uso responsable del agua, las empresas cerveceras españolas colaboran directamente con las cuencas hidrográficas de las que procede el agua que utilizan o a las que vierten la excedente del proceso, mejorando incluso sus características originales, o cuentan con planes de devolución de agua al medio natural y compensación mediante proyectos de balance hídrico.

Una de estas empresas fuertemente comprometidas es Heineken. Sagrario Sáez, directora de sostenibilidad del grupo en España, explica a este periódico en qué consiste este proyecto. "Somos conscientes de que el agua es esencial para la vida, no podemos vivir sin ella. Y sin cambios en la forma de consumirla, en 2030 su demanda podría superar la oferta en un 40%. Por eso desde 2008, en Heineken hemos trabajado para reducir nuestro consumo de agua (un 36% a nivel global y un 41% en España) y tratar nuestras aguas residuales antes de devolverlas a la naturaleza", cuenta la experta.

La parte en la que se puede trabajar es la de las aguas residuales, pues el litro que se queda en la cerveza y la parte que se evapora es, por ahora, imposible de reducir. Su proyecto está desarrollado en torno a una "estrategia triangular enfocada en tres áreas claves": compensación (retornar a las cuencas hidrográficas locales cada litro de agua que se utiliza para elaborar cerveza y que no se devuelve a la naturaleza); circularidad del agua (asegurar que el 100% de sus aguas residuales son tratadas en todo el mundo para reutilizarlas); y la eficiencia del agua (maximizar la eficiencia, para utilizar la menor cantidad de agua posible).

En este último punto tienen un objetivo claro marcado de cara a 2025, cinco años antes de lo que inicialmente se habían propuesto: reducir el consumo medio de agua a 2,9 hl/hl de cerveza a 2,6 hl/hl. Además, siguen trabajando en tratar el 100% de los 1,4 litros por litro de cerveza que se destinan a procesos de limpieza y mantenimiento,"para devolverla a su fuente de origen con la calidad necesaria".

Con todo, un verdadero reto se abre a las grandes cerveceras españolas, el de comprometerse con el medio ambiente y tratar de reducir al máximo, como ya lo hacen algunas compañías, el uso del agua, un bien tan necesario y tan fundamental para todos.

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