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Mercadona: las pistas que da Juan Roig sobre su sucesión

El empresario que más empleo genera en España tiene cerrado un "plan de continuidad", pero se resiste a dar pistas. "Lo sabe quien lo tiene que saber"

A Juan Roig se le atribuye una fortuna personal próxima a los 4.000 millones de euros. Ocupa el quinto lugar de la 'lista Forbes', superado sólo por Amancio Ortega, Sandra Ortega, Rafael del Pino y Juan Carlos Escotet. Pero el empresario valenciano se afana, año tras año, en seguir pisando el suelo. El éxito indiscutible de Mercadona no puede entenderse sin ese empeño.

Hay un abismo entre Roig y algunos de sus vecinos en el ranking de multimillonarios. Escotet, que en 2023 le adelantó en Forbes, acostumbra a viajar en un magnífico avión privado. Además de en Galicia, el presidente de Abanca tiene sendas mansiones en Caracas y en Miami. El fundador de Mercadona, sin embargo, es un asiduo de la furgoneta.

La suya es un vehículo bien adaptado para viajar junto a los miembros de la alta dirección, básico para optimizar jornadas maratonianas. Hay muchos proveedores con los que reunirse (3.000) y demasiadas tiendas que supervisar (1.315 entre España y Portugal). El objetivo último es mantener satisfecho al "jefe", un término que se inventó el propio Roig para definir a los clientes de Mercadona y que hoy se estudia en algunas escuelas de negocios.

A sus 74 años, Juan Roig se mantiene en plena forma, "física y mental". Lo aseguró él mismo este martes en Valencia, donde presentó los resultados anuales de Mercadona. Y donde la prensa incansable le preguntó, como cada año, si ha decidido quién le sucerá en la presidencia del consejo de administración.

El día a día del empresario valenciano aporta algunas pistas sobre el gran interrogante que rodea a la empresa con la plantilla más grande de la Península Ibérica (104.000 empleados). En lo profesional, Juan Roig mantiene aferrada con firmeza la dirección ejecutiva. Que no nombre un consejero delegado -como sí hizo en su día, por ejemplo, Amancio Ortega en Inditex- da una primera idea de su momento profesional.

Es más, el empresario se ha echado a la espalda más carga de trabajo. En 2023, Mercadona reorganizó la dirección para simplificar la estructura organizativa y ahorrar costes. Era el momento de apretarse el cinturón y tomar "decisiones dolorosas", en sus propias palabras.

La decisión se tradujo en la reducción, de siete a dos, de las direcciones generales con más atribuciones. Quedaron en manos de dos hombres de su máxima confianza, Paco Espert y Rafael Berrocal. A cuatro de los responsables afectados (uno abandonó Mercadona), se les recolocó dentro de la empresa, pero "bajándoles el nivel".

"Ellos lo han entendido", aseguró este martes Roig. Previamente, al inicio de su rueda de prensa, había proyectado en una pantalla la fotografía y el cargo de los miembros de su círculo directivo de confianza, a quienes da anualmente su momento de protagonismo. Ningún otro empresario español tiene ese hábito.

Juan Roig y su equipo directivo en Mercadona
El presidente de Mercadona, Juan Roig, junto a la alta dirección de la compañía.Europa Press

En el auditorio, ubicado en un nada glamuroso polígono industrial de Paterna, estaban presentes la esposa de Roig, Hortensia Herrero, y una de sus cuatro hijas, Carolina Herrero, quien trabaja en el departamento de análisis de mercado de la compañía. "Estoy muy feliz de que estén aquí", confesó Roig. Hay otra hija del matrimonio en nómina de Mercadona: Juana Roig, directora de la división online. Es la más joven y la que más suena como heredera del trono en la empresa.

La sucesión está perfectamente apalabrada y registrada por escrito. Sería descabellado que una compañía de tal calibre (35.500 millones de facturación en 2023) no tuviera planificada la herencia. "Si a mí me pasa algo, están creados los sistemas para que haya un sustituto", reconoce el propio Roig. "Hay un plan de continuidad".

El momento del relevo se atisba aún en un horizonte lejano, a juzgar por otras pistas que deja por el camino el empresario. En lo personal, Roig también mantiene el ritmo y su 'filosofía vital'. Es habitual cruzarse con el rico empresario valenciano haciendo 'footing' por las grandes avenidas ajardinadas de Valencia.

En lo profesional, Roig pisa constantemente sus supermercados; y en el plano privado, la calle. Va al baloncesto (es dueño del Valencia Basket), pero no elige un palco, sino la grada. Sale a cenar con su esposa, se pasa a veces por el cine y se empapa del ambiente en las fallas. "Es muy fallero, igual que su mujer", aseguran en su entorno.

Es en las calles valencianas donde le paran, a veces para felicitarle y otras para transmitirle quejas a nivel de usuario. De una esas 'paradas' procede el mensaje que él mismo trasladó en la rueda de prensa de 2023: Mercadona subió "una burrada" los precios para encajar la inflación.

El 'anónimo' creador de Mercadona

Pese a ser el quinto español más rico y el dueño de la cadena de supermercados más popular, Roig mantiene un relativo anonimato. Es famoso en Valencia, pero no tan conocido fuera de las fronteras de la comunidad autónoma. Es sintomático, por ejemplo, que el empresario patrocine el equipo valenciano de baloncesto y no el de fútbol, con serios problemas financieros, que genera mucha más exposición pública (cualquier aficionado en España sabe quién es Peter Lim).

Por la misma razón, Roig no concede nunca entrevistas ni ha ido pisado nunca un plato de televisión. Y un dato más: a diferencia de otros empresarios ricos -Florentino Pérez, los Entrecanales o el propio 'clan gallego' de los Ortega-, ha mantenido a su familia alejada del 'papel couché'. El caso de Juana Roig, la presunta 'heredera', es paradigmático: se casó, al igual que sus tres hermanas, en la pequeña iglesia de San Nicolás en Valencia e hizo una celebración poco pomposa en el Hemisfèric de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Quienes trabajan codo con codo con Roig tienen actualmente interiorizado que la sucesión es un capítulo distante aún en la historia de Mercadona. El empresario no rehúye la pregunta si se le interpela, pero no soltará prenda hasta el instante mismo del relevo. Roig, que no se caracteriza precisamente por tener pelos en la lengua, es hermético al máximo sobre su herencia. La decisión está tomada, insiste. "Y la sabe quien la tiene que saber".

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