Ya en sus diseños lo demuestran y, aunque ambos miden prácticamente lo mismo y no llegan a los 4,20 metros, las formas de las carrocerías son muy diferentes marcadas de antemano por la muy superior altura del C3 Aircross, casi 14 centímetros más que ya dejan entrever que es un SUV que, como buen Citroën, lo apuesta todo al confort y agrado de conducción y de marcha.
El Stonic refleja una carrocería más estilizada y que transmite más dinamismo a la vista, algo que luego también lo hace sobre el asfalto. Por dentro el C3 Aircross juega mejor sus bazas con una mayor amplitud en las plazas traseras y una sensación de más desahogo, además de ofrecer un plus de versatilidad con una banqueta trasera regulable longitudinalmente que permite jugar con el espacio de carga para lograr un volumen referencia en el segmento.
Porque los 520 litros que llega a ofrecer superan de largo la capacidad del Stonic, al que supera también con las banquetas retrasadas al máximo con 410 litros, casi 60 más que su srval. El habitáculo del C3 Aircross tiene ahora un diseño con algunos cambios que, si bien no son nada excesivos, sí que hacen más agradable aun la vida a bordo. Además de una pantalla más grande para el sistema multimedia, cuenta sobre todo con unos nuevos asientos más amplios y confortables tanto delante como detrás y una consola entre los dos asientos delanteros con más espacio para depositar objetos.
El Stonic, se queda en este sentido un paso por detrás, más en términos de confort que en acabados y diseño, con un interior incluso más vistoso y que ahora tiene también un nuevo sistema multimedia con una pantalla táctil de 8 pulgadas y funciones que antes no estaban disponibles, como la posibilidad de conectar varios teléfonos simultáneamente vía Bluetooth y la conexión inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay. Dos modelos sin duda muy completos en términos de infoentretenimiento con una pequeña ventaja para el C3 Aircross en términos de confort de vida a bordo y funcionalidad.
Y si muy distintos resultan en sus planteamientos por lo que a sus interiores se refiere, casi más todavía lo son en cuanto a la dinámica de conducción. La puesta a punto de sus bastidores difieren bastante tanto en lo que al tacto y la respuesta de la dirección como a los tarados de la amortiguación se refiere, algo que se nota en pocos kilómetros a sus mandos. En ciudad, lógicamente ambos cumplen con buena nota por la facilidad para desenvolverse entre el tráfico con sus recortadas dimensiones, y las diferencias que se dan llegan más por parte de los motores y, especialmente, de las cajas de cambio.
Ambos son motores de tres cilindros, pero la mayor cilindrada del Puretech de Citroën aporta una respuesta más progresiva desde muy bajos regímenes. Ninguno exhibe un funcionamiento especialmente redondo a muy baja velocidad, pero el C3 Aircross se siente algo más refinado, apoyado también en un cambio de tacto más suave y preciso en su manejo. El Stonic necesita moverse a velocidades algo más elevadas para mejorar en su agrado de conducción, pues el proceso de acelerar y desacelerar provoca pequeños tirones que interfieren en el agrado de funcionamiento general.
Por ello, para un uso muy urbano a diario el C3 Aircross muestra un mejor agrado, además de ofrecer un interior claramente más versátil. Donde ambos brillan es en sus ajustados consumos urbanos, con mínimas diferencias favorables al Stonic apoyado en su sistema micro híbrido de 48V –con las ventajas en cuanto a circulación de su etiqueta ECO– pero con cifras que se mueven, en una conducción eficiente, por debajo de los seis litros. En carretera, las tornas cambian, y a medida que circulamos más rápidos mejora mucho el Stonic T-GDI, especialmente por lo que al chasis se refiere.
Aquí ya su sistema micro híbrido apenas interfiere en el resultado, pero con 10 CV más de potencia, un régimen de giro máximo más elevado y casi cien kilos menos de peso, permite ritmos algo más rápidos, tampoco de manera muy excesiva, pero que acompañado de un chasis más firme acaba sobre todo en tramos virados dejando atrás al C3 Aircross. La dirección transmite más precisión en sus movimientos y responde de forma más viva las órdenes del volante sobre las ruedas, mientras que su más firme amortiguación le mantiene en curva con mayor estabilidad.
Se mueve en este terreno con mayor agilidad y sus reacciones transmiten más confianza para mantener un ritmo más elevado. El C3 Aircross apoya con un balanceo de carrocería más acusado y no lleva bien los cambios rápidos de dirección. Eso sí, cuando de realizar largos trayectos se refiere, el confort de su amortiguación hacen estos viajes más agradables, también por el mayor confort de sus amplio y mullidos asientos. Aquí ya no se dan grandes diferencias a la hora de mantener el ritmo, y te mueves entre 130 y 140 km/h con la misma facilidad.
FICHAS TÉCNICAS:
VERSIÓN C3 Aircross Puretech 110 Shine; MOTOR Gasolina, 3 cilindros, turbo; CILINDRADA 1.199 cm3; POTENCIA MÁXIMA 110 CV a 5.500 rpm; PAR MÁXIMO 205 Nm a 1.750 rpm; VELOCIDAD MÁXIMA 182 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 10,1 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 7,0 l/100 km; AUTONOMÍA 640 km; DIMENSIONES 4.160 / 1.756 / 1.637 mm; NEUMÁTICOS 215/50 R 17; PESO EN VACÍO 1.254 kg; MALETERO 410-520 l; PRECIO 20.700 €
VERSIÓN Stonic 1.0T-GDI MHEV 120 GT LINE; MOTOR Gasolina, 4 cilindros, turbo + eléctrico; CILINDRADA 998 cm3; POTENCIA MÁXIMA 120 CV a 6.000 rpm; PAR MÁXIMO 200 Nm a 2.000 rpm; VELOCIDAD MÁXIMA 185 km/h; ACELERACIÓN 0-100 KM/H 10,4 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 7,3 l/100 km; AUTONOMÍA 610 km; DIMENSIONES 4.140 / 1.760 / 1.520 mm; NEUMÁTICOS 205/55 R 17; PESO EN VACÍO 1.150 kg; MALETERO 352 l; PRECIO 22.470 €
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