A cinco días de las elecciones generales, la actualidad empresarial suele caracterizarse por estar parada a la espera de los resultados. Más aún si se trata de empresas públicas. Sin embargo, Indra, Duro Felguera y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) protagonizan estos días un hecho excepcional por el futuro de Epicom. Es decir, la filial que comparte la Sepi con Duro Felguera dedicada a encriptar comunicaciones críticas del Ministerio de Defensa y otros organismos sensibles del Estado.
Sepi, sociedad dependiente del Ministerio de Hacienda, es accionista mayoritario de Indra; y logró hacerse con el 40% de Epicom en 2021, tras rescatar con 120 millones a Duro Felguera. Ahora, busca comprar el 60% restante a su ‘socio’ e integrarlo en Indra. Una operación que, como confirman a Vozpópuli fuentes conocedoras del proceso, avanza sin consenso con Duro Felguera y con la intención de hacerlo a un precio “de derribo”.
Ni la Sepi ni Duro Felguera han querido hacer comentarios sobre esta operación ante la pregunta de este medio, y tampoco lo ha realizado Indra. Las primeras cifras que se van conociendo de esta operación estarían por debajo de lo esperado. El acuerdo entre la Sepi y Duro Felguera en 2021 por el 40% de Epicom se cerró en 3,2 millones de euros, la actual por el resto de la empresa sería insuficiente.
La sociedad dependiente del Ministerio de Hacienda cuenta con una opción de compra sobre el 60% restante que vencía este mismo año. El pasado 22 de febrero de 2023, el consejo de administración de Duro Felguera acordó ampliar hasta el 31 de diciembre de 2023 el plazo de ejercicio de la opción de compra de Sepi sobre el 60% de Epicom.
La ampliación permite negociar con más calma de la que se transmite. Por eso, el plan sorprende tanto a quienes están inmersos en el proceso, a escasos días de unas elecciones y sin que se haya abierto un canal de comunicación entre Madrid y Gijón, donde se localiza la sede de Duro Felguera.
Epicom no es una de las principales vías de negocio para su actual accionista mayoritario. En el último ejercicio completo, generó 16 de los 556,5 millones de euros que tiene Duro Felguera en su cartera de contratos. No obstante, se considera una de sus filiales más 'aseadas'. Sus ingresos recurrentes a través del Estado y sus bajos costes convierten a Epicom en una de las pocas filiales con números negros en la cuenta de resultados de la empresa asturiana.
Y, más allá de la parte financiera, está la importancia estratégica que tiene. En el Plataforma de Contratación del Sector Público queda reflejada su clientela: Fuerzas Armadas, Ejército del Aire, Estado Mayor de la Defensa, Cuerpo Nacional de Policía o Departamento de Seguridad Nacional. Uno de ellos fue firmado el pasado mes de abril con el Ministerio de Defensa, para el suministro de dispositivos criptográficos en los próximos seis años, a cambio de 29,4 millones de euros.
Duro Felguera paró su venta
Ese peso estratégico es el que provocó que la dirección de Duro Felguera cancelase su venta en 2020, antes de la pandemia. Indra sonaba entonces junto a Tecnobit como principales candidatos a hacerse con la compañía.
El mismo factor justifica también por qué el Estado quiere ejecutar su derecho a compra. El Gobierno pretende tomar el control de Epicom y evitar que caiga en manos de inversores extranjeros, sin olvidar que Duro Felguera tiene como accionistas mayoritarios desde este año a los inversores mexicanos Grupo Prodi y Mota-Engil.
El problema, como reconocen los conocedores de la operación, es: cuándo, cómo y a qué precio. El acuerdo se está celebrando a pocos días de las elecciones, las conversaciones con Duro Felguera no están avanzadas y el precio de compra está lejos de lo esperado.
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