La banca ha vivido hasta mediados del pasado año en situación de hibernación. Con los tipos de interés oficiales en el 0% y el euríbor en negativo durante varios años, la calma se adueñó de la actividad del sector. Ha sido necesario que despertara la inflación de su letargo, a mediados de 2021, para que los bancos centrales llevaran a cabo los primeros movimientos de los tipos de interés en varios años y, con ello, volver a despertar el interés de clientes e inversores.
No hay más que mirar a los índices bursátiles para saber que la situación en el sector financiero ha dado un giro de 180 grados. Los valores bancarios que cotizan en las distintas bolsas europeas han incrementado su valor de manera importante en lo poco que va transcurrido de año.
En las dos últimas semanas del pasado ejercicio ya habían empezado a corregir su extrema volatilidad de los meses anteriores. En estos días, los bancos españoles que cotizan en el Ibex 35 presentan ganancias en el precio de sus acciones de entre el 3% de Bankinter y el 13% de BBVA. En el resto de Europa, la situación es muy pareja. En la Bolsa de Milán, Intesa Sanpaolo gana en torno al 6% y Unicredit, más del 8% en la primera quincena de enero. Deutsche Bank, sube alrededor del 12% en Fráncfort, y los bancos franceses, entre el 4% de Société Générale y el 11% de BNP.
La vuelta a la normalidad tiene también su cara oculta, su parte mala. Y en el sector bancario, altamente regulado, las alarmas saltan desde cualquiera de los bancos centrales, desde el propio Banco Central Europeo o desde cualquiera de los múltiples organismos supranacionales que controlan su actividad desde la crisis financiera internacional de 2008.
Una de las instituciones que ha emitido sus primeras alertas ha sido la European Banking Authority, que preside José Manuel Campa, ex secretario de Estado de Economía con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En su último informe, la Autoridad Bancaria Europea, (EBA por sus siglas en inglés) reconoce, no sin preocupación, que las entidades financieras de la Unión Europea y del Espacio Económico Europeo, una treintena de países en total, “han aumentado su exposiciones crediticias en el tercer trimestre del pasado año en un 1,9% en relación con el trimestre anterior”.
Según los datos pormenorizados por países cerrados el 30 de septiembre del pasado año, los préstamos y anticipos de los bancos de estos treinta países alcanzaban la cifra de 20,89 billones de euros, lo que supone un incremento de 1,356 billones en relación con el dato del septiembre de 2021 y de casi 391.000 millones sobre el cierre de junio.
Lo que más sorprende a la EBA es que este incremento de los préstamos se haya concentrado en las sociedades no financieras, que han absorbido la práctica totalidad de los nuevos préstamos, toda vez que la nueva financiación a los hogares se redujo en el tercer trimestre del pasado año en un 0,2%. La EBA destaca que “los bancos aumentaron mucho sus exposiciones con las empresas energéticas, especialmente con las suministradoras de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, como respuesta a la crisis energética” derivada de la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas.
Impacto de la inflación
La EBA asegura que “una inflación elevada podría tener un impacto sustancial en las empresas y los hogares más vulnerables”. Añade, además, que la volatilidad de los precios de la energía y de las materias primas podría afectar gravemente a los sectores intensivos en energía. En caso de recesión económica, finalizan sus advertencias, “podrían acentuarse los problemas derivados de la deuda soberana”.
Por eso considera fundamental “la detección precoz de los deudores y las exposiciones en dificultades, las políticas de provisión adecuadas y el reconocimiento oportuno de las pérdidas de los préstamos”. Y es que, aunque la tasa de morosidad se mantiene en el 1,8%, la proporción de préstamos en vigilancia especial (“stage 2” en la jerga bancaria de la UE) se sitúa en el 9,5% del total (8,7% en septiembre de 2021), por encima también de las cifras anteriores a la pandemia.
La banca española es la que tiene mayor proporción de préstamos y anticipos en la composición de su activo, con un 62,6% del total, por encima de la de Francia (57,3%), Alemania (55,5%) e Italia (56,3%), por hacer referencia exclusivamente a las economía más importantes de la Eurozona. La media de los treinta países analizados es del 59,7%.
Exposición europea
La exposición de los bancos con las empresas no financieras en esta treintena de países ha crecido en 602.000 millones de euros en el último año, 10,78%. Es cierto que la comparación entre los dos terceros trimestres de 2021 y 2022 no es homogénea por las particularidades que se vivieron en algunos países en el verano de 2021, como consecuencia de la interrupción de determinadas actividades económicas por la pandemia.
Francia y España han liderado el aumento de los préstamos a las empresas. En Francia, el crecimiento en el tercer trimestre fue del 3% en relación con el anterior, y en España, del 2,5%. En términos interanuales, la exposición de la banca española con las empresas creció en 80.100 millones de euros; en la banca francesa, en 189.000 millones.
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