El Gobierno ha conseguido finalmente abrir una vía de diálogo con Unidos Podemos para el Presupuesto de 2019. La disposición a modificar la Ley de Estabilidad para evitar el veto del PP en el Senado a los objetivos de estabilidad ha dado un vuelco a unas negociaciones que hace solo unos días parecían enquistadas. De momento, hay posibilidad para el acuerdo, pero la economía no ayuda. Los datos que poco a poco se van conociendo muestran que la desaceleración del PIB está cada vez más cerca, lo que complica los deseos de la formación morada de aumentar el gasto.
A finales de julio, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el indicador adelantado de la Contabilidad Nacional, que arrojaba un incremento del PIB del 0,6%, la tasa más baja desde el segundo trimestre del año 2014. La cifra es provisional y tiene que confirmarse el próximo 28 de septiembre, pero si se confirma, el crecimiento se quedará por debajo de lo avanzando por algunos analistas como el Banco de España en su boletín económico del pasado 27 de junio, en el que vaticinó un crecimiento del 0,7%.
Y los datos que ha ido publicando después Estadística han ido confirmando esa moderación. Por ejemplo, la variación mensual del Índice de Producción Industrial (IPI) en junio, eliminando los efectos estacionales y de calendario, fue del -0,6%. La diferencia con el mes de mayo es importante, cuando la cifra no solo fue positiva, sino que rozó el punto porcentual.
En agosto, el INE ha publicado los indicadores de actividad del sector servicios y del sector industrial y ambos confirman también la desaceleración. Por ejemplo, la variación mensual del índice general de la cifra de negocios del sector servicios fue del 0,7% en junio, muy inferior a la cifra de mayo, que se situó en el 1,6%.
La cifra de negocios de la industria también perdió fuelle y creció solo un 0,6%, frente al 0,9% de mayo y los pedidos pasaron de crecer un 1,7% en el quinto mes del año a caer en esa misma magnitud en junio, datos nada buenos que anticipan esa moderación del PIB que ya avanzó el propio Instituto Nacional de Estadística hace unas semanas.
¿Impacto en las negociaciones?
Todas estas cifras confirman que la desaceleración de la economía está cada vez más cerca. De ahí que la previsión de PIB en tiempo real que hace la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) arroje un incremento económico del 0,61% en el segundo trimestre y del 0,59% en el tercer trimestre.
¿Afectará esta moderación a las negociaciones? Es posible que sí, porque la formación morada tiene muchas exigencias para el Gobierno. Además de haber arrancando al equipo de Sánchez la reforma de la Ley de Estabilidad y la vinculación de las pensiones al IPC en 2018 y 2019, quiere más gasto. Y la capacidad de gasto del Ejecutivo dependerá y mucho de lo que crezca la economía.
Y no hay que olvidar que el Gobierno no tendrá que negociar solo con Podemos, necesitará también el apoyo de otras formaciones políticas para poder sacar adelante el Presupuesto, lo que le obligará a hacer más cesiones. De momento, la recaudación evoluciona bien, pero las cifras empezarán a menguar si se materializa la desaceleración. Y el Gobierno tendrá que estar preparado.
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