"Me puse a trabajar con 18 años. El último año de carrera me metí a una segunda carrera, no he parado de trabajar en ningún momento. Y ahora resulta que el partido de la Vicepresidenta y ministra de Trabajo, quiere regalar 20.000 euros a chavales de 18 años. Más esfuerzo y menos pagas", se queja una usuaria de Twitter tras el anuncio de Yolanda Díaz de dar una "herencia universal" de 20.000 euros al alcanzar la mayoría de edad "que ayude a los jóvenes a seguir formándose, iniciar su andadura profesional e independizarse".
Este mensaje refleja la opinión de muchos jóvenes, que encuentran en esta ayuda "una paga para comprar votos". Pero no son ellos los que más discrepan con esta medida, pese a que consideran que su esfuerzo queda minimizado: muchos economistas han mostrado su crispación por ella, que sólo se traduce en "una forma de conseguir votantes rehenes, insostenible económicamente e injusta socialmente porque no tiene ningún efecto redistributivo". A preguntas de este periódico, economistas del Gobierno se han limitado a apuntar que no es correcto calificarlo de "ayudas".
Entre los expertos que critican estos 20.000 euros de Yolanda Díaz para dar a los más jóvenes está Daniel Lacalle, doctor en Economía y profesor en el IE Business School.
El experto analiza esta propuesta desde el punto de vista económico en conversaciones con Vozpópuli. Bajo su prisma, que comparte en general con otros expertos, hay tres aspectos de esta ayuda especialmente criticables, "dejando pensamientos e ideologías aparte".
Por un lado "no es una herencia universal". "Cuando un joven cumple 18 años tiene que introducirse en un proceso burocrático y de asesoría hasta que a los 23 años finalmente se le concedería ese dinero; eso si pasa todos los baremos y las trabas burocráticas y administrativas que impondrían. En realidad es una forma de hacer clientes rehenes y, sobre todo, el hecho de darlo a los 23 años tiene una lógica absolutamente electoralista (y no de prosperidad económica), ya que le tienes que votar a los 18 y le tienes que votar en las siguientes elecciones porque si no, no vas a ver un duro", desarrolla el experto.
Sin embargo, la gran problemática para los economista es el coste. ¿De dónde se van a sacar los 10.000 millones de euros que costaría si a cada joven se le da esa ayuda, tal y como ha planteado la ministra? Yolanda Díaz asegura que lo va a sacar del impuesto a las ricos. Pero eso es "insostenible e imposible de financiar", señalan.
El impuesto a los ricos "no recauda ni 300 millones de euros". Los expertos consultados explican que el gobierno esperaba recaudar 1.500 y se ha quedado aproximadamente en 300. Pero además, es "completamente falso que lo fuera a recaudar con ese impuesto, entre otras cosas porque ya existe y porque ya existen impuestos al capital y a todos los rendimientos de capital y de plusvalías". El citado experto Daniel Lacalle añade que no se puede crear impuesto tras impuesto, "uno tras otro, sobre la misma base imponible".
La tercera pata que cojea de esta propuesta de subvención de gobierno para sostener el futuro de los jóvenes es el tema de la falta de criterio y la falta de efecto redistributivo. "Si le das 20.000 euros al hijo de un millonario igual que se lo das al hijo de un pobre cuando cumplen 18 años, no hay ningún efecto de ninguna manera de mejora de la situación".
Y por último, ante la pregunta de si de cara a futuro se puede generar una mejor economía porque se ha invertido dinero en los expertos lo tienen claro: cero beneficio económico. "Desaparece el incentivo de mejora porque te lo terminan quitando (tu beneficio), el aumento de deuda es masivo y el beneficio económico prácticamente inexistente porque lo único que se consigue es expropiar y nacionalizar la riqueza", sentencian las fuentes expertas.
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