"El impulso reformista ha desaparecido en España", lamentan los economistas que integran el Instituto de Estudios Económicos (IEE), un think tank adscrito a la patronal de empresarios que le recuerda al Gobierno que Grecia crecía por encima de la media a costa de engordar su déficit y su deuda pública en la época de bonanza, pero cuando llegó la crisis sus cuentas no estaban preparadas para afrontarla y fue a la bancarrota.
Sólo entonces, después de la quiebra, afrontó las reformas estructurales que llevaba posponiendo diez años. "El rescate a Grecia supuso la implementación forzosa y relativamente urgente de medidas para corregir los problemas, que se habían estado posponiendo durante más de una década, y que podían haber sido abordadas previamente de forma gradual y con el apoyo favorable del ciclo", advierten.
Este servicio de estudios ha pedido al Ejecutivo que se fije como prioridad la consolidación presupuestaria (la reducción del déficit público -que cerrará en torno al 2% del PIB este año- y de la deuda pública sobre PIB -que es del 97,6%-), y le recomienda que no lo haga a base de incrementar los ingresos subiendo los impuestos, como proponen PSOE y Unidas Podemos, sino mediante la contención del gasto público y la mejora de su eficiencia.
Como advertencia recuerdan el caso de Grecia, que antes de la crisis vivió un notable crecimiento de su economía y una intensa reducción del desempleo, por encima del resto de países de la Unión Europea, pero "detrás de esa aparente bonanza subyacían camuflados una serie de problemas estructurales (...) el tejido productivo griego presentaba un claro problema de competitividad", entre otras cosas por el exceso de regulación.
De 'bono de calidad' a 'bono basura' en 3 años
"El crecimiento económico galopante erradicó cualquier posibilidad de iniciar una agenda reformista para solucionar problemas. En su lugar, este vigoroso crecimiento estuvo acompañado de unos registros de déficits públicos muy abultados", una situación que parece guardar algunas similitudes con la coyuntura actual de la economía española.
Los economistas explican que ese déficit público se acentuó con la llegada de la crisis y la deuda pública se disparó, el mercado empezó a desconfiar del país por la falta de reformas y dejó de prestarle dinero, con lo que la prima de riesgo se disparó por encima de los 4.000 puntos básicos y el país heleno se vio abocado a negociar dos impagos de deuda y un rescate.
Grecia es un ejemplo a tener en cuenta en lo que se refiere a desatender las reformas que precisa la economía"
Sólo entonces el país aprobó medidas para facilitar la creación de empresas, liberalizar actividades profesionales, privatizar algunos sectores o reformar el sistema de pensiones.
Seguir haciendo reformas, no derogar las que se han hecho
"Salvando las distancias, Grecia es un ejemplo a tener en cuenta en lo que se refiere a desatender las reformas que precisa la economía y retrasar la consolidación fiscal durante el ciclo expansivo, con la herencia de fondo de un stock de deuda pública elevado", apuntan, lo que además pasó desapercibido hasta que llegó el shock, como podría estar ocurriendo ahora en España.
Los expertos del IEE reconocen que "España no es el mismo caso", porque ya se han implementado algunas reformas en los peores años de la crisis, como la reforma laboral del PP de 2012, pero "el impulso reformista ha desaparecido en los últimos periodos" e incluso los políticos se plantean revocar algunas de esas reformas, como la laboral, y han descuidado la consolidación fiscal, lamentan.
Insisten en que la economía española "debe prepararse para afrontar un escenario menos favorable en el futuro, abordando las reformas que están pendientes y realizando un verdadero compromiso con la consolidación fiscal que permita que la sostenibilidad de la deuda no se ponga en jaque cuando se diluyan los factores coyunturales que ahora apoyan".
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