Una revolución política y económica en menos de un mes. Donald Trump inició el 20 de enero su segunda era como presidente de Estados Unidos y desde entonces no ha perdido el tiempo: negocia con Vladímir Putin el fin de la invasión a Ucrania y ha declarado una guerra de aranceles. En el segundo caso, las intenciones del presidente de Estados Unidos van más allá y apuntan a que utilizará el aumento de ingresos fiscales para sufragar un gran fondo soberano que haga frente sobre todo a China y Arabia Saudí.
En su escalada de medidas proteccionistas, Trump rompió el pasado jueves el tablero comercial con la Unión Europea al anunciar aranceles “recíprocos” con sus socios comerciales y que justifica como represalia por el IVA, que a su juicio benefician la balanza comercial de Alemania. Estas tasas, aún por definir en cuantía y plazo para entrar en vigor, se sumaron a las dos órdenes ejecutivas que el presidente de Estados Unidos firmó el lunes para imponer gravámenes del 25% a las importaciones de aluminio y acero.
Esta guerra de aranceles puede ser la vía para financiar el fondo soberano que ambiciona Trump, como él mismo sugirió durante la campaña electoral. Y que sería un paso más en su camino hacia el proteccionismo económico. Como punto de partida, Estados Unidos se plantea monetizar activos federales por valor de 5,7 billones de dólares, sobre todo de edificios de organismos públicos y de bitcoins confiscados por sus vínculos con el blanqueo de capitales.
Hacerse hueco entre los grandes fondos
Con la guerra arancelaria en macha y los activos propiedad del Gobierno, Trump tendría capacidad para construir el fondo soberano más grande del mundo de la noche a la mañana, como descuenta la prensa especializada de Estados Unidos. En el mundo hay más de 90 fondos soberanos de inversión, con munición de más de 8 billones de dólares en activos, según el Foro Internacional de Fondos Soberanos.
Trump planea tomar una participación en el capital de la china TikTok como condición para permitir que opere en Estados Unidos
El fondo de Noruega, creado en 1990 para rentabilizar los planes de pensiones del país, es el gigante de la inversión, con una potencia de 1,77 billones. El segundo en el ránking se sitúa China Investment Corporation, que administra parte de la reserva de la República Popular desde 2007 y que gestiona 1,33 billones, según un informe de IE University y el Icex con datos a cierre de 2024.
Pero no es el único fondo soberano de China. En tercera posición se coloca también State Administration of Foreign Exchange, con capacidad de inversión de más de un billón y que en los últimos años ha ido escalando posiciones entre los principales fondos del mundo. China además cuenta con el Hong Kong Monetary Authority (con 513.000 euros) y el National Social Security Fund (con 414.000 millones) entre los gigantes de la inversión soberana.
Arabia: en el punto de mira
El objetivo de Trump pasa sobre todo por batir a Arabia Saudí. “Con el tiempo lo alcanzaremos”, se comprometió al firmar en su primer día de mandato la orden para crear un gran fondo soberano. Public Investment Fund (PIF), el fondo soberano de Arabia Saudí, cuenta con 978.000 millones en la recámara para tomar posiciones en empresas estratégicas de todo el mundo. Sin ir más lejos, acaba de comprar el 9,97% del capital de Telefónica con una inversión superior a los 2.000 millones y ya se prepara para entrar en sectores como el de la alta tecnología y el de las renovables en España. Arabia creó este fondo en 1971, pero está desplegándose sobre todo en Europa para rentabilizar los ingresos por el petróleo anticipándose a un cambio en el modelo energético.
Países pequeños como Singapur ocupan una de las principales plazas en el ránking de los fondos soberanos
Otros países del Golfo Pérsico como Abu Dabi, Kuwait y Qatar están lanzados en una estrategia similar a Arabia. Abu Dabi tiene capacidad de 993.000 millones y, por ejemplo, ha intentado entrar recientemente en el capital de Naturgy. Una operación que puede retomar en los próximos meses. Kuwait cuenta con un potencial de inversión similar (969.000 millones), mientras que Qatar baja a la novena posición de los principales fondos soberanos, con 510.000 millones bajo gestión.
El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed Bin Salman.
Incluso países pequeños como Singapur han sido capaces de levantar fondos masivos para generar riqueza con sus activos. Este país cuenta con dos vehículos de inversión (GIC y Temasek), que acumulan una capacidad de acción de 1,2 billones. Todo un toque de atención para el orgullo de Trump, que considera insuficiente que el primer fondo soberano a nivel estatal de Estados Unidos ocupe el puesto 29 entre los grandes del mundo. Se trata del Texas Permanent School Fund, con apenas 56.800 millones y que se utiliza para financiar programas educativos y sociales dentro de las fronteras de Estados Unidos. Fue creado en 1854, pero ha perdido influencia en los últimos año y en 2024 llegó a ceder siete posiciones en el ránking mundial.
Poca potencia
En Estados Unidos existen más de 20 fondos soberanos de inversión a nivel estatal, según un análisis del Centro para el Desarrollo Global, pero ninguno con suficientes recursos como para satisfacer las ambiciones del inquilino de la Casa Blanca. También destacan el de Alaska y Nuevo México, y se financian básicamente con ingresos que provienen de petróleo, gas y minerales.
Si logra cumplir su objetivo, Trump se armaría con un arsenal de inversión para protegerse de la irrupción de la tecnología china. La Administración Trump ha situado como principal caballo de Troya a TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance, a la que amenaza con exigir vender una parte del capital al Estado norteaméricano para seguir operando en el país. Y con un gran fondo de inversión se podría lanzar para tomar su control.
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