Economía

Santander, que colocará la futura emisión de bonos de El Corte Inglés, encarga a S&P el rating del grupo

El banco presidido por Botín, una de las principales entidades acreedoras del grupo de distribución, coordinará la colocación de la futura titulización de los derechos de cobro de la cartera de clientes de El Corte Inglés. Se negocio mayor amortización anticipada de deuda.

El Corte Inglés ha elegido al Santander, a su vez uno de los principales bancos acreedores del grupo de distribución, como colocador de la próxima emisión de bonos a inversores institucionales, medida que forma parte de la reestructuración de la deuda de la empresa dirigida por Isidoro Alvárez cercana a 5.000 millones. Para ello, el banco que preside Emilio Botín ha solicitado a Standard&Poor's el rating del grupo distribuidor de cara a esta futura titulización, según aseguran fuentes conocedoras de la operación.

Esta colocación de bonos supondrá la titulización de los derechos de cobro de su cartera de clientes "lo que permitirá obtener financiación directa de los mercados con método de diversificación de sus fuentes de financiación sin tener que recurrir a los bancos", como reconoció semanas atrás la compañía de distribución en una nota de prensa. Además, también está previsto titulizar su filial financiera que dispone de casi 1.500 millones de euros, que buena parte de sus 100.000 empleados tiene colocado en los depósitos que ofrece el grupo.

La financiera de El Corte Inglés tiene emitidas 11 millones de tarjetas de crédito y en 2012 concedió más créditos al consumo que los mismísimos Santander o BBVA. Su cartera de créditos a través de la tarjeta del grupo fue de unos 6.000 millones de euros en 2012, lo que da idea del volumen que podría llegar a alcanzar una posible titulización de este tipo de activos financieros.
Y a este filón financiero del que dispone El Corte Inglés se une ahora, sólo como mera posibilidad, la puesta en marcha de la titulización de los ahorros de los empleados del grupo, que cuenta con la absoluta garantía de la compañía y que sería un goloso producto para colocar en los mercados. Estos 1.500 millones podrían tanto titulizarse como servir de garantía para una posible emisión de bonos corporativos.

El grupo de distribución confía en tener concluido el proceso de refinanciación con la banca, el próximo 31 de julio. Según han confirmado varias fuentes financieras a Vozpópuli, tres entidades acaparan casi el 60% de todo el monto de la deuda. Unos 1.400 millones de euros fueron prestados por el Santander; 750 por La Caixa y unos 700 millones por el BBVA.

El banco con sede en Boadilla ha prestado al grupo presidido por Isidoro Alvárez en el entorno de 1.400 millones

Estas tres entidades concentran el 57% de los 5.000 millones. Por su parte, Popular prestó al primer grupo de distribución español 440 millones de euros; Bankia, unos 300 millones; y Sabadell, 250 millones. El resto, hasta completar el monto total del crédito, está en manos de otros bancos y cajas, en repartos de menor cuantía.

Las fuentes consultadas indican que la banca ha exigido al grupo un plazo de tres años para realizar una amortización anticipada de la deuda. Actualmente, ambas partes se encuentran en negociación por la cantidad a devolver de forma prematura. El Corte Inglés pretende devolver en el entorno de los 1.500 millones, mientras que los bancos solicitan al menos 2.000 millones.

Además, la banca acreedora exige la venta de parte del patrimonio inmobiliario del grupo de distribución, en lo que, previsiblemente, se articularía mediante una operación de sale and leaseback (el propietario vende el edificio pero se queda como inquilino). De hecho, el grupo ya ha procedido a la venta de un inmueble en Barcelona. Otros inmuebles quedarían hipotecados como garantía.

Pese al desplome del mercado inmobiliario español, el grupo, que no comenta este asunto, tiene la ventaja de contar con una importante cartera de edificios situados en zonas premium con un inquilino que garantiza rentas recurrentes al comprador.

El Corte Inglés y la banca negocian la cuantía de la deuda a amortizar anticipadamente. La diferencia oscila en el entorno de los 500 millones

Cuando anunció el inicio del proceso, para el que ha contratado a Morgan Stanley como asesor financiero y coordinador, la empresa ya subrayó que su “portafolio de activos inmobiliarios, situados en lugares irrepetibles, tiene un valor de mercado varias veces superior al importe de la refinanciación”.

Las fuentes consultadas añaden que el grupo va a tener que renunciar a su expansión internacional, barajada desde hace años y que (si se exceptúa el negocio de Agencias de Viajes), actualmente se limita a Portugal, un país que, como España, atraviesa una delicada situación económica y donde en el ejercicio 2011 (último dato disponible) la compañía apenas ganó 2,1 millones de euros (siete veces menos que en 2010).

Tras descartar el salto a Italia, el grupo barajaba un agresivo plan de expansión en Latinoamérica. Un plan que requeriría cuantiosas inversiones y que, como consecuencia del proceso de refinanciación, va a tener que dejar en el olvido por ahora.

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