La solución de urgencia para reducir la dependencia energética de Rusia es intervenir el mercado del gas. Y a las eléctricas les gusta como suena este movimiento. Aunque meten prisa para que se ponga en marcha esta iniciativa.
Según explican fuentes del sector eléctrico, la inminente solución del Gobierno de topar el precio de esta materia prima, que encarece la producción eléctrica y el propio suministro de gas para los consumidores, se necesita que se haga de forma "rápida" para adelantarse a un posible corte de suministro de Rusia.
El sector aplaude este tope al precio mayorista del gas, ya que consideran que es una alternativa para evitar mayores incrementos en las facturas de los consumidores. Las eléctricas españolas están alineadas con Engie. El gigante energético francés ha sido el primero en el sector en Europa que ha dado un paso hacia adelante en este descontrol de precios con la crisis de Ucrania y ha presentado unas propuestas donde destaca un tope al precio del gas que ronda los 120 euros/MWh de gas.
Un nivel "exagerado", según consideran desde el sector español, aunque ven que es un buen punto de partida para analizar esta intervención y que serviría como escenario base en el caso de que Vladimir Putin decida cerrar totalmente el suministro de gas a Europa.
Las eléctricas tienen sus propias medidas
El sector eléctrico español maneja sus propias alternativas para desacoplar los precios de la electricidad de los del gas. Pero no se las han trasladado al Gobierno. Las reuniones entre ambas partes no se han producido en esta crisis y consideran que el equipo que lidera Teresa Ribera tiene encima de su mesa "un amplío abanico de alternativas para poner en marcha de inmediato".
Las empresas apuestan por limitar el precio de la producción eléctrica que llega a través del gas, como se hizo con el carbón nacional para generación eléctrica en su día para desplazar al de importación. Un escenario del pasado que consideran que reconocen que tiene más dificultades con el gas, ya que los ciclos combinados generan gran cantidad de electricidad y distorsionaría el precio del mercado mayorista.
La alternativa menos ambiciosa sería poner un tope a las ofertas de electricidad que marcan los ciclos combinados. El movimiento llevaría a todas las plantas de generación con gas a oferta en el 'pool' a un precio máximo. Con precios del gas tan elevados como los actuales, las eléctricas consideran que esta iniciativa debería llevar de la mano una compensación a los dueños de las centrales porque el gas les está costando más que el precio que cobran.
Por últimos, las eléctricas dan fuerza a subvencionar los ciclos combinados. Una fórmula que recordarían a aquellas primas que recibían las plantas renovables y que harían bajar los precios. Todas los ciclos combinados pondrían su producción en el mercado como si el gas fuera más barato y esto se trasladaría al resto de tecnologías del mix energético.
Desconectarse de Francia y Portugal
El sector ve clave que estas medidas se hagan en coordinación con Bruselas. Si España toma esta medida de forma unilateral, tanto Francia como Portugal, conectados con el sistema eléctrico español, podrían beneficiares importando la energía más barata que producen sus vecinos.
La "no coordinación" europea en este sentido también puede provocar que el necesitado gas natural licuado (GNL), que llegan desde los barcos a las regasificadoras españolas, se marchen a otros mercados si este gas se paga a un precio menor. Las eléctricas insisten que el único problema actual que tiene el sistema es el gas, ya que consideran que los precios y el mercado con el resto de tecnologías funciona correctamente pese a la crisis.