El Instituto Nacional de Estadística (INE) y las empresas eléctricas colaboran desde septiembre para que el índice de precios al consumo (IPC) incluya a los consumidores acogidos al mercado libre de electricidad, que representan el 60% de los consumidores. Aunque esta colaboración todavía necesita tiempo, un asunto que ha desatado la polémica esta semana tras afirmar Caixabank Research que la estadística del INE está "claramente sesgada al alza".
Según explican fuentes del sector energético a Vozpópuli, el INE mantendrá su cálculo actual a lo largo de 2022 mientras consigue con las empresas la mejor forma para recopilar y calcular todos los contratos de electricidad. La revisión de la forma de incluir el precio de la electricidad en el IPC se desvelaba a finales de 2021, cuando la crisis de los precios de la luz disparaba dato a dato cada mes la inflación. Entonces, el INE se comprometió a incorporar al mercado libre a partir de enero de este año.
Sin embargo, el organismo independiente finalmente no incluyó estos datos en el avance que hizo esta semana del IPC (continuó en el 6% en enero) y aclaró que aplazaría este cambio "hasta obtener la información que han de suministrar las compañías eléctricas con un suficiente nivel de detalle y con los criterios técnicos necesarios que permitan aplicar una metodología consistente con los requerimientos exigidos en el cálculo del IPC y, en consecuencia, poder explicar debidamente la evolución futura del indicador".
Tras esto, Caixabank Research publicó un informe en el que calculaba que el IPC medio tendría que haberse situado nueve décimas por debajo en 2021 si se hubieran incorporado estos datos, desatando la polémica sobre el asunto por el impacto que el cálculo del INE tiene en salarios, pensiones y en el poder adquisitivo de las familias. Tras esto, el INE contraatacó a través de un comunicado oficial en el que garantizaba la fiabilidad de su estadística y cuestionaba la validez de los datos de CaixaBank, que se basa en recibos domiciliados en la entidad bancaria. Por su parte, los economistas cerraron filas con el INE.
El polémico cálculo de precio eléctrico en el IPC llega después de que en 2021 el mercado mayorista de la electricidad (pool) en España haya crecido un 141% frente al año anterior. La mitad de esta tarifa regulada por el Gobierno o PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor), que comercializan principalmente Iberdrola, Endesa y Naturgy, depende del precio de este mercado mayorista. Mientras que el mercado libre tiene un precio de la electricidad fijo, que les independiza de los cambios bruscos de este pool. Aunque los consumidores del mercado libre no disfrutaron del desplome del 28,8% del precio de la electricidad que se vivió en 2020 y que no provocó ninguna polémica con el cálculo de la electricidad en el IPC.
¿Cómo está trabajando el INE con las eléctricas?
"La información suministrada no tiene aún suficiente detalle para hacerlo con las garantías de calidad necesarias", explicaba el INE en su comunicado de esta semana. El organismo público está requiriendo en los últimos meses a las eléctricas que le faciliten el día 25 de cada mes sus ingresos por el mercado libre hasta el día 20 de ese mes, para de esta forma poder sacar en pocos días el indicador adelantado del IPC.
Estas prisas no casan con la operativa de las empresas. Las eléctricas cuentan en ese tiempo con datos del mes anterior de sus clientes, algunos de ellos se facturan cada dos meses o, al ser un mercado libre con mayor competencia, cada empresa cuenta con distintas tarifas que ofrecen esa inmediatez de cálculo. Esta complejidad es a la que se refiere el INE que no ofrece esas “garantías” para ponerse en marcha de manera inmediata. Mientras que la estimación de la tarifa regulada permite al organismo generar el cálculo en base a un consumidor tipo y la media de los precios del mercado de cada mes.
En el comunicado oficial lanzado esta semana, el INE defendía que ni los ingresos de las eléctricas ni las facturas de clientes referentes a periodos previos sirven para medir la evolución de los precios. En su opinión, hay que tener en cuenta no sólo el importe de los recibos, sino también otros aspectos como el consumo asociado a esos importes, el número de días a los que se refieren, el tipo de contrato que los regula (si pertenecen a un mercado u otro), o información que permita distinguir qué parte de la cuantía del recibo se debe a los cambios en los precios y qué parte a la evolución del consumo del hogar, entre otros.
Estas dificultades son las que pretenden solventar ambas partes para precisar el cálculo del precio de la electricidad en el IPC. Como concluyen las mismas fuentes del sector, cuando el INE consiga establecer una metodología, la facilidad de cálculo será mayor, ya que el mercado libre sólo cuenta con la movilidad de clientes entre empresas pero del 1 al 20 de cada suele tener a lo largo del año unas cifras similares.
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