Hace un año, cuando la tormenta de las provisiones promovida por los dos decretos Guindos desplomaba las cuentas de resultados, los banqueros invitaban a comparar las cifras sin el impacto de las dotaciones. "Es una situación extraordinaria", repitieron Francisco González, Emilio Botín o Isidro Fainé en enero de 2013. Ahora, sin embargo, no incitan al mismo ejercicio. De ser así, Santander transformaría el incremento de beneficios (4.370 millones) del 90,5% frente a 2012 a una caída del 18,2%. No en vano, sólo tres divisiones (Polonia, Reino Unido y Santander Consumer Finance) logran mejorar sus resultados en el último ejercicio.
España sigue provocando el mayor castigo al grupo, incluso excluyendo las pérdidas de 635 millones generadas por el negocio inmobiliario en 2013. Santander no sólo no ha conseguido acentuar la caída del negocio tradicional en la red nacional, sino que la aportación de la división española a los beneficios del grupo sigue desplomándose: un 7% (478 millones) en 2013 frente al 15% del año precedente. La escasez de crédito, el entorno de bajos de interés y el castigo de la recesión siguen lastrando a la división española pese a que la entidad ya comienza a recoger las primeras sinergias en costes de la fusión Santander-Banesto-Banif.
Sin embargo, el ladrillo (y sus pérdidas) rebaja la contribución de España hasta una pírrica cota del 2,2%, tras unos beneficios que rondan los 100 millones, precisamente la misma cantidad que ya esgrimió el Santander en 2012, cuando las pérdidas ocasionadas por el ladrillo fueron sustancialmente mayores. Como sucedió el pasado año, ni Emilio Botín ni el consejero delegado de la entidad (actualmente Javier Marín; Alfredo Sáenz, en 2013) quisieron aclarar la cifra exacta de los resultados en España. "Algo hemos ganado", respondió inicialmente Marín. "Al final, no ganamos dinero", replicó minutos después Botín. Finalmente, el consenso entre los dos directivos cifró los beneficios en España en el "entorno de los 100 millones". Algo menos de la mitad que Bankinter (215 millones) o el Sabadell (247 millones), entidades con un nivel de activos sensiblemente inferior al grupo con sede en Boadilla.
"La división inmobiliaria distraen los verdaderos números del banco en España", confirman desde la entidad para explicar la decisión del Santander de segregar su actividad inmobiliaria en España en una nueva unidad dentro de Europa Continental. Esta nueva unidad, que desaparecerá según se liquide el stock inmobiliario existente, recibirá los créditos promotores, las participaciones relacionadas con el sector inmobiliario y los adjudicados. Por tanto, el perjuicio (y los posibles beneficios que reporte el 15% de su participación en Altamira) del ladrillo recaerá sobre la división continental del grupo 'rojo'.
La cifra de 100 millones de beneficios en España es aproximada, puesto que ni Botín ni Marín quisieron desvelar el volumen exacto de ganancias en la división nacional
Las pérdidas de 635 millones por la división inmobiliaria son inferiores a las de 2012, explican fuentes de la entidad, que, sin embargo, no quisieron cifrarlas. "No vendemos inmuebles en pérdidas. Hay sitios en los que aún no efectuamos operaciones porque aún no han llegado al nivel de precios que nos interesa", explica Botín. "Con las provisiones, en el futuro podrá haber recuperaciones positivas de las carteras que nos quedan", prosiguió.
La pobreza de resultados en España es el reflejo de una caída generalizada de todos sus márgenes (intereses -15,4%; bruto, -8,6% y neto, -15,7) como consecuencia de la escasez de negocio bancario. Tanto Botín como Marín, su primer ejecutivo, consideran que el nuevo entorno macroeconómico más favorable servirá para cambiar la tendencia en las caídas del crédito. Un 10,5% en 2013, hasta los 159.752 millones. "Notamos una mejor demanda en el crédito", explica Marín, pese a que las cifras de paro y el desplome del consumo se mantienen constantes, desce hace meses, cuando los banqueros insistían que no existía demanda solvente.
Sin embargo, en el Santander vislumbran ya un cambio de tendencia. "En 2014 habrá un crecimiento positivo del crédito desde los últimos años", confirma Botín. "Notamos una mayor demanda. El banco está preparado para este aumento de la demanda", reiteró Marín, que pone como ejemplo del cambio de tendencia la nueva hipoteca al euribor+1,99%. Esta campaña ha logrado doblar la cifra de hipotecas contratadas con respecto al mismo período del año anterior.
Esta recuperación del crédito, las menores provisiones y una reducción de la retribución de los depósitos -actualmente en el 1,25% y con recorrido a la baja- serán las bases sobre las que el Santander reforzará sus beneficios en España durante los próximos tres años. El objetivo para el ejercicio 2014 es cerrar el año con unos beneficios de 1.000 millones en España y de 3.000 millones en diciembre de 2016.
Entretanto, el Santander acudirá a la subasta de Catalunya Caixa. "Tenemos un 15% de cuota en España, pero no me importaría aumentarla si sale un buen precio", explicó Botín. A tenor de los mensajes lanzados por el presidente, tanto en su discuros como en las preguntas posteriores, el Santander no tiene intención de realizar ninguna oferta agresiva por la entidad catalana.
"Habremos pedido un precio más alto que la de nuestros competidores", explicó Botín, que sacó pecho en su discurso de haber evitado la compra de antiguas cajas. "A diferencia de otros bancos que han aprovechado la crisis de las cajas para adquirir entidades intervenidas, Banco Santander ha optado por reforzar su posición competitiva ganando cuota de mercado en depósitos e intregrando nuestras marcas", incidió Botín.
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