La situación de bloqueo que arrastra el Plan de Carreteras diseñado por el Gobierno de Mariano Rajoy lleva camino de prolongarse en el tiempo con la llegada del nuevo Ejecutivo. El principal problema se localiza en la confección definitiva de los pliegos ante las reticencias que los interventores del Ministerio de Hacienda han mostrado a los deseos de los consorcios interesados en participar de minimizar los riesgos, especialmente los referidos a los costes de expropiaciones. Desbloquear esta situación no forma parte de los asuntos urgentes del Ministerio de Fomento, lo que está generando inquietud en los consorcios e impaciencia en los fondos que acompañan a las empresas constructoras en ellos.
De esta forma, se antoja improbable que se cumpla la hoja de ruta del anterior Ejecutivo, que pasaba por licitar contratos de este plan por valor de 2.000 millones de euros en el transcurso del presente año. Bajo la dirección del anterior ministro, Íñigo de la Serna, Fomento no terminó de perfilar los pliegos de licitación, aunque trabajaba a marchas forzadas para intentar articular un documento que no fuera rechazada por la Intervención y que, al mismo tiempo, no espantara a las empresas interesadas en participar en el Plan de Carreteras, valorado en 5.000 millones de euros.
Una situación que en la actualidad, al menos de momento, no se va a dar. Mientras que el Plan de Carreteras era uno de los principales objetivos del Ministerio de Fomento del Gobierno de Rajoy (que se encargó en persona de presentar en sociedad el Plan), no sucede lo mismo con el nuevo Ejecutivo, que dará una mayor prioridad a proyectos de su propia iniciativa.
Además, el Plan de Carreteras que confeccionó el Gobierno de Rajoy para tratar de revitalizar la licitación de obra pública no resulta del agrado del PSOE, que lo criticó en su día. El carácter de inversión público-privada no le termina de convencer.
Horizonte incierto
A su favor juegan los informes de la Abogacía del Estado, que avalan la oposición de los interventores de Hacienda a que los pliegos incluyeran garantías que permitieran a los licitadores quedar eximidos de los riesgos derivados de los procesos de expropiaciones.
De esta forma, el Plan de Carreteras sufre un nuevo retraso con un horizonte temporal más que incierto. De hecho, el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, se ha referido en sus intervenciones públicas y en la entrevista concedida a El País de asuntos como el fin de los peajes, el peso del área de vivienda en el Ministerio y el futuro de AENA pero en ningún caso se ha referido a este plan.
La situación está generando inquietud en los consorcios confeccionados ex profeso para el Plan, en los que las constructoras han buscado el apoyo de diversos fondos de inversión. Precisamente, son estos vehículos los que más están mostrando su disconformidad con la situación, toda vez que no están dispuestos a tener disponibles por tiempo infinito la inversión que van a aportar.
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