El empleo por cuenta ajena, es decir, aquellos que no son autónomos sino que trabajan para una empresa u organización a cambio de un salario fijo, lleva varios meses próximo al estancamiento. Estos ocupados, también conocidos como asalariados, apenas crecieron medio punto en los últimos tres meses (entre febrero y abril) en relación a los mismos meses de 2019. Un repunte que se aprecia moderado si se compara con la senda mensual experimentada en la segunda mitad de 2021, con la caída de las restricciones y el auge de la recuperación.
El economista y director ejecutivo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Ángel de la Fuente, pone el foco en este asunto en un informe publicado este lunes, en el que menciona que "hay algún indicio de una cierta ralentización del crecimiento de la ocupación asalariada efectiva durante el primer cuatrimestre del año. Esta variable se construye restando los afectados por un ERTE de los trabajadores por cuenta ajena que han estado afiliados a la Seguridad Social, de media, durante un mes.
El director ejecutivo de Fedea destaca que si bien "la ocupación efectiva es el indicador agregado de actividad que mejor se ha comportado desde el tercer trimestre de 2020 y el único que ha superado con claridad su nivel de 2019, su senda mensual desde comienzos de 2022 es plana hasta marzo y aumenta sólo en medio punto en abril, pese a coincidir en ese mes la Semana Santa y la desaparición de los ERTE Covid".
En junio del pasado año, con el fin de las restricciones y el inicio del verano, la ocupación asalariada efectiva aún se encontraba un 3,2% por debajo del mismo mes de 2019, pero el índice avanzó 1,6 puntos respecto al mes anterior, un aumento récord en el año. Cuatro meses después, en octubre de 2021, el mercado laboral recuperó los niveles precovid y, aún así, el índice con base en el mismo mes de 2019 continuó creciendo mes a mes en más de medio punto.
En enero, el número de asalariados descontando aquellos afectados por un ERTE era un 3,9% superior al de enero de 2019, experimentando este índice un incremento de 2,3 puntos en un sólo mes. Sin embargo, esta senda mensual se frenó en febrero (cuando el índice continuó en el 103,9) y apenas creció una décima en marzo. En abril, el repunte fue de cuatro décimas, pese a estar influenciado positivamente por las vacaciones de Semana Santa y el fin de los ERTE extraordinarios de la pandemia en el marco de la reforma laboral aprobada por el Gobierno.
Récord de afiliados y contratos fijos
En cualquier caso, en abril la media de afiliados asalariados se situó en 16,67 millones. Aún descontando los 18.750 afectados por un ERTE (mecanismo del que el Gobierno no ha publicado datos detallados), esta cifra está un 104,4% por encima de los 15,95 millones de ocupados por cuenta ajena registrados por la Seguridad Social en abril de 2019. Es decir, que los datos son positivos per se, aunque el crecimiento se haya ralentizado.
Si se tiene en cuenta también a los autónomos, el mercado laboral superó los 20 millones de afiliados por primera vez. Abril es un mes tradicionalmente bueno, que marca el inicio de la temporada 'alta' del mercado laboral español, pero en términos de afiliación nunca se había alcanzado este volumen total de ocupados.
Los datos de empleo publicados por los Ministerios de Seguridad Social y Trabajo también desvelan que uno de cada dos contratos firmados en abril fueron indefinidos, una tasa histórica que, según el Gobierno, refleja el fin de la temporalidad y la precariedad. Sin embargo, el trasfondo del dato refleja que el 59% de esos nuevos contratos fijos son a tiempo parcial o fijos discontinuos. Es decir, que en cierto modo esa inestabilidad laboral sigue presente en el mercado de trabajo, aunque con otra denominación.
De esta forma, aunque la tasa de creación de empleo indefinido ha ido creciendo mes a mes con la reforma laboral del Ejecutivo (que prohíbe los contratos por obra y servicio), pasando de un 15% en enero al 48% de abril; lo cierto es que el aumento ha sido más acusado en las fórmulas más precarias ideadas para la temporalidad, como los fijos discontinuos, que se han disparado un 1.273% en un año y un 125% en el último mes.
Por su parte, los contratos fijos a tiempo parcial, aquellos de menos de 40 horas semanales, se han disparado un 298% respecto a abril de 2021 y un 19% respecto a marzo de este año. En términos relativos, es también un crecimiento superior al experimentado en los nuevos contratos fijos a tiempo completo, con una variación anual del 177% y una variación mensual del 9%.
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