Economía

Empresas como Car2Go, Emov o eCooltra echan el cierre y dejan en el aire su regreso por el coronavirus

La demanda de patinetes, bicis, motos y coches compartidos es mínima durante el estado de alarma y el sector teme que no se recupere fácilmente una vez se supere la pandemia

Las empresas de movilidad compartida -ya sean patinetes, motos, bicis o coches- han echado el cierre temporalmente en España, unas por obligación y otras voluntariamente, ante la falta de demanda por el decretado estado de alarma. La última en hacerlo ha sido Share Now -antes conocida como Car2Go-, que este miércoles ha anunciado la "suspensión temporal del servicio hasta que la situación mejore", sin aclarar cuándo estará de regreso en las calles. 

La compañía explica a Vozpópuli que está incluida en las excepciones del Gobierno para mantener su actividad y podría seguir prestando servicios y "en las dos semanas previas Share Now decidió mantener su servicio para los clientes que debían desplazarse a sus trabajos aunque la demanda había disminuido drástricamente"; "esta semana, con las nuevas restricciones, ya es prácticamente inexistente". 

De las empresas de 'carsharing' presentes en nuestro país, era la única que quedaba por tomar esta decisión. Sus homólogas Zity, Wible o Emov ya anunciaron hace días a sus clientes que retiraban sus servicios hasta nuevo aviso, aunque al ser preguntadas por este medio, tampoco aclaran cuándo volverán. 

También lo han hecho las compañías de motos compartidas, como eCooltra, que ya no permite reservar sus vehículos en la capital. Por su parte, en el caso de las bicicletas (con el sistema público BiciMad) y los patinetes (ofrecidos por empresas privadas como Lime, Bird o Jump), el Ayuntamiento de Madrid ordenó su retirada temporal de la vía pública poco después de decretarse el estado de alarma, aunque algunas de ellas ya habían parado su actividad por propia voluntad.

Pero no sólo en España. Lime, una de las firmas líderes en el sector de los monopatines eléctricos, los ha dejado inoperativos en 23 países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Austria. Sólo mantiene su operativa en Corea del Sur. Fuentes del sector explican a Vozpópuli que estas empresas, con presencia en las principales ciudades del mundo, no cuentan con un gran número de empleados porque subcontratan parte del trabajo allá donde despliegan sus vehículos eléctricos. 

Ecity Charge es una de las empresas que prestan servicios logísticos como carga y recogida de vehículos en España y Portugal, con alrededor de medio centenar de empleados en temporada baja. Éstas se enfrentan ahora a un volumen de trabajo casi inexistente que afecta a su plantilla. Aún así, la empresa norteamericana de patinetes Bird ha despedido al 30% de su equipo, alrededor de 400 empleados, concentrado fundamentalmente en Estados Unidos.

Futuro "incierto"

La mayoría de estas empresas no habían conseguido ser rentables antes de la pandemia y sobrevivían a base de rondas de financiación por lo que, según indican fuentes del sector, ahora más que nunca, con su negocio aparcado o en 'stand by', necesitarán un balón de oxígeno para superar esta crisis. "La vuelta la veo muy incierta, tiene mala pinta, algunas desaparecerán", reconocen las mismas fuentes. 

Las miradas están puestas especialmente en el 'kicksharing' -como se conoce al alquiler de patinetes eléctricos- y en el 'motosharing' o motos compartidas. En Madrid, ciudad donde imperan estos vehículos, algunas de las principales empresas han reducido su número de licencias, mientras otras ya ni operan por la baja rentabilidad de este incipiente sector, con una oferta muy superior a la demanda. 

Por su parte, el 'carsharing' cuenta con el respaldo de grandes multinacionales del automóvil: Daimler y BMW en el caso de Car2Go; PSA -dueño a su vez de Citroën, Peugeot y Opel- en el caso de Emov;  Renault y Ferrovial en Zity; y KIA y Repsol en Wible. "Esas empresas seguirán aguantando gracias a sus dueños", detallan fuentes del sector a este medio. 

El sector teme que cuando se supere la crisis del coronavirus, la demanda y el consumo tarden en recuperarse. "La pregunta es cuántos usuarios van a coger esos vehículos compartidos a partir de ahora sin saber quién ha tocado antes el volante. Creemos que el mundo de la movilidad compartida también cambiará", sentencian las citadas fuentes. 

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