Las empresas son muy optimistas respecto a la campaña de Navidad de este año, que, consideran, podría acercarse mucho a la de 2019, cuando la pandemia del coronavirus todavía no había estallado. Aunque muchos empresarios mantienen la cautela en sus palabras, a la espera de que la situación sanitaria continúe evolucionando como hasta ahora, compañías de alimentación, tecnología o bricolaje no ocultan cuáles son sus planes: preparase para una campaña de ventas récord.
Antes de que llegue el periodo navideño, y como un prolegómeno ya habitual, el Black Friday es otro de los puntos donde las empresas tienen puesta su vista. "Va a tener un fuerte componente de oferta, y será una propuesta de valor. No sé si habrá los mismos actos de compra, pero sí se registrará mayor valor en cada uno de los actos", explicaba este jueves Daniel Molero, director de ventas B2C de Samsung, durante el congreso de la patronal del gran consumo, Aecoc, que se está celebrando estos días en Barcelona.
Las expectativas de cara a final de año "son muy buenas", reconocía Eduardo Nussio, director de mercados de Leroy Merlín, que este ejercicio crecerá además a doble dígito, superando los 3.000 millones de euros de facturación. Con esa misma previsión, la cadena de tecnología MediaMarkt, que ha abierto 17 tiendas este año, considera estar preparada para el que será un periodo de ventas que incluso podrá mejorar los datos de los últimos ejercicios. "Tenemos un parque de tiendas mayor que la Navidad pasada, la situación está mejorando y somos bastante optimistas en términos de cliente y producto", señalaba Samuel González, director de compras MediaMarkt.
La perspectiva positiva sobre los próximos meses también la mantienen las empresas de alimentación. A ello se refirió el CEO de Campofrío, Javier Dueñas, que "con cautela" mostraba sus previsiones: "Quiero pensar que nos vamos a poder sentar con nuestras familias en la mesa. En el hogar el consumo debería ir bien, pero también en hostelería".
Los precios ya están subiendo
El incremento de las ventas por la mejora de la situación sanitaria y la vuelta a las celebraciones numerosas en los hogares coincide en el tiempo con un incremento "inevitable" de los precios, al que los empresarios del gran consumo se refieren por el aumento de los costes, empezando por las materias primas y pasando por la luz.
"La inflación que está aflorando hasta ahora, estos meses viene del mismo estilo o peor", alertaba el presidente de Aecoc, Ignacio González, que apuntaba a la necesidad de que "desatascar" el ahorro para evitar que el aumento de los costes termine trasladándose en el precio. El presidente de la patronal que representa a más de 30.000 empresas del sector insistía: "El conjunto de la cadena de valor está haciendo un gran ejercicio de contención para no tener que verse obligado a repercutir este incremento de costes a un consumidor que atraviesa un momento difícil".
No obstante, son varias las empresas que ya reconocen haber tenido que subir los precios en sus lineales, como es el caso de Frit Ravich, especializada en patatas y frutos secos, o de Angulas Aguinaga (La Gula del Norte, Krissia), que comentó durante el congreso que habían revisado los precios de "algunos productos". "La inflación es una pelea que tenemos ahí y que vamos a ver hasta dónde nos lleva", reseñaba el CEO de Campofrío.
Algunas empresas evitan llevarlo al lineal
Frente a estas grandes empresas de alimentación, compañías de otros sectores insisten en que, aunque el aumento de los costes en las materias primas está siendo evidente en sus cuentas, "evitamos trasladarlo al consumidor final". En ese mensaje insistió, por ejemplo, Leroy Merlin: "Llevamos muchos meses con presiones de subida. Nuestra intención en no trasladarlo al precio en base a medidas creativas, como reducción de costes sobre packaging", ejemplificaba Nussio.
La misma teoría defendía Manuel Royo, director de marketing, de Beko y Grundig, que recalcaba que "evidentemente hay un incremento de los costes, pero nunca se puede trasladar al consumidor". Desde MediaMarkt también negaban la mayor: "Esta Navidad habrá oferta comercial y planes comerciales, no nos podemos permitir trasladar subidas al producto. Pero si pensamos en el año que viene tambien es muy complicado para un fabricante elevar el precio, hacemos malabares para no subirlo", reseñaba González.
La alerta, sin embargo, ya es una realidad. La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab) insistía este jueves a través de un comunicado en "la gravedad de la situación provocada por el incremento inflacionista en costes energéticos, materias primas y auxiliares, así como las dificultades de aprovisionamiento, que en conjunto suponen una seria amenaza para las empresas y el empleo del sector, que aún se encuentran en un proceso de recuperación de la crisis provocada por la pandemia".
A juicio de esta patronal, el escenario económico de las últimas semanas, al que se une también la subida de los costes de transporte por carretera y los fletes marítimos, "ponen en riesgo la supervivencia de muchas empresas de alimentación y bebidas". “En estas circunstancias, el gasto del consumidor podría reducirse, perdiendo todo el esfuerzo que se ha realizado previamente para la reactivación de la economía y la generación de confianza”, explicaba Mauricio García de Quevedo, director general de Fiab.
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