Las empresas han empezado a revisar sus planes de negocio ante el deterioro de sus activos por la guerra de Ucrania. Así lo trasladan abogados y empresas a Vozpópuli, que explican que las inversiones en el extranjero ya sufren deterioro de cartera, lo que tiene efectos financieros, fiscales y contables especialmente relevantes en el caso de las que tienen presencia en Rusia. Por el momento, son los proveedores de productos de marca del mercado minorista como Inditex, Mango o Tendam los que han anunciado que paralizan operaciones en Rusia, además de grupos internacionales como Apple, Adidas, H&M, Ikea, Nike o Puma.
Aunque las compañías insisten en que todavía es pronto para prever cuál será el impacto de la invasión rusa de Ucrania en su negocio, fuentes de Tendam, la compañía que engloba a marcas como Cortefiel, Springfield o Women'secret, reconocen que la lupa está ya puesta en los planes de negocio: "La compañía revisa regularmente sus planes para adaptarlo a las situaciones de mercado que se den, cualesquiera que sean", explican estas fuentes. En su caso, el impacto del negocio de Rusia no es tan elevado como el de otras compañías: supone menos del 2% de las ventas totales del grupo y no llega al 1% del Ebitda.
Otras, como Mango o Inditex, tienen mayor parte del negocio comprometida. Como explican desde la textil catalana, Rusia representó el 8% del resultado de la compañía en el último ejercicio, situándose entre sus cinco primeros mercados en ventas. "No es posible definir, todavía, el impacto que tendrá la crisis actual en el negocio, pues estará marcado por la duración y la intensidad del conflicto", apuntan fuentes de Mango.
Los ojos están puesto también en el gigante gallego, que, a escasos días de presentar sus resultados anuales, decidió bajar la persiana a más de 500 tiendas en Rusia. Estas representan el 7,5% de todos sus establecimientos y el 8,5% del ebit total de la empresa. En Arteixo, de hecho, se tardó algún día más que en la competencia en tomar la decisión de cerrar las tiendas, debido al importante peso del negocio en el país que dirige Vladimir Putin.
Los analistas, no obstante, ya han comenzado a revisar a la baja sus perspectivas sobre la empresa fundada por Amancio Ortega. "En un escenario prolongado de cese de operaciones en ambos países -Rusia y Ucrania-, estimamos un impacto en las ventas de -10% frente a nuestras estimaciones previas de los próximos cinco años", explicaba Elena Fernández-Trapiella, analista de Bankinter. La revisión de los planes de negocio es, por tanto, inevitable.
Las empresas no suelen informar a la CNMV de sus planes de negocio, una práctica habitual en EEUU. Carlos Lao, socio en el departamento de Mercado de Capitales y Financiero de Ramón y Cajal Abogados que asesora en emisiones, no recomienda dar previsiones o estimaciones de beneficio, ya que son anuncios que pueden comprometer ante los inversores y que están sujetos a cambios. Eso, sí, las empresas españolas están tardando en alertar del riesgo de la guerra de Ucrania.
Las decisiones de parar la actividad no tienen sólo una motivación reputacional, explican fuentes próximas a estas firmas, que trasladan que la decisión de parar viene también determinada porque en estos momentos no se puede ofrecer un servicio del 100% por la imposibilidad física de que lleguen mercancías y suministros. Son las empresas con presencia en Rusia las que estudian cambiar su plan de negocio. El resto no lo descarta pero de momento prefiere esperar a ver la duración de la guerra.
Impacto fiscal
A esto se añade que el impacto fiscal en el caso de las empresas españolas no será desdeñable por efecto de una polémica medida que lanzó Cristóbal Montoro en 2016: se prohíbe la deducción de pérdidas y de deterioros, lo que va contra los principios que rigen el Impuesto sobre Sociedades y ha sido recurrido al Constitucional, recuerda Pablo Romá, socio director de Romá Bohorques Tax & Legal.
Además del impacto en ventas de la propia coyuntura y de su decisión de suspender la actividad, el coste fiscal y contable de parar la actividad y seguir pagando salarios será elevado, explica Raúl Salas, socio de Roca Junyent. Las empresas no van a poder siquiera recuperar sus costes.
En este escenario, los fiscalistas a los que ha consultado este periódico ven con preocupación la posibilidad de que la UE meta a Rusia en su lista de paraísos fiscales, una iniciativa del Gobierno de Pedro Sánchez que si tiene éxito, tendrá un importante efecto en las empresas españolas que operan en Rusia: los impuestos que paguen no podrán descontárselos aquí.
A su vez, las empresas rusas tendrían que pagar un impuesto del 3% sobre el valor catastral de los inmuebles que tengan en España si Rusia entra en la citada lista.
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