Era de esperar. Endesa se sumó ayer a la estrategia de su rival Iberdrola centrada en recortar sus previsiones para este año en su actividad en España. Las dos grandes energéticas están presionando así al Gobierno, que prepara una reforma energética basada en el recorte de costes, con el objetivo de frenar el imparable crecimiento del déficit de tarifa (se produce porque el recibo de la luz no es suficiente para hacer frente a los costes del sistema). El temor a que el Gobierno les aplique como solución una tasa sobre las centrales nucleares está creciendo, en línea con la estrategia del Gobierno alemán, según explican fuentes conocedoras próximas al PP.
En este sentido, ambas compañías han aprovechado la presentación al mercado de sus resultados anuales, para lanzar mensajes de pesimismo e incretidumbre en su actividad en España. No obstante, la eléctrica que preside Ignacio S. Galán también indicó que esta medida sería temporal y que revisaría el guidance de nuevo, una vez que la reforma energética del Gobierno empiece a rodar (en un par de meses). Esta actitud, sin embargo, contrasta con la de sus rivales renovables, como Acciona. Su presidente José Manuel Entrecanales dijo recientemente que su visión sobre el mercado español era optimista y que la llegada del nuevo Gobierno estaba ayudando al sector.
Siguiendo con la eléctrica de capital italiano (la estatal Enel posee el 92%) anunció ayer que su Ebtida en España llegaría a los 3.300 millones, es decir, un 17,5% menos respecto al de 2011 (4.000 millones de euros). La compañía que preside Borja Prado explicó que no espera recuperación en llos mercados maduros, como España e Italia. Por su parte, Iberdrola dijo que el crecimiento del Ebitda de 2012 se situaría en el 5%, en la parte baja de la horquilla prevista (entre el 5% y el 9%) y que su beneficio neto recurrente crecería a un ritmo inferior al 5%, por debajo del rango.
El foco de las utilities tradicionales se centra en subir el recibo de la luz y la CNE recomienda este enfoque
El Gobierno ha explicado en reiteradas ocasiones que para solucionar el grave problema del déficit de tarifa (la deuda acumula 24.000 millones) es necesario que las tres partes implicadas, el Estado, los consumidores y las empresas aporten su parte. Pero las eléctricas tradicionales se plantan antes un planteamiento así, porque se temen o bien una quita o bien una serie de recortes a las actividades reguladas, además de las tasas sobre las centrales nucleares o las planta hidráulicas.
Por otro lado, como el Estado está acelerando que las eléctricas cobren el déficit de tarifa con mucha celeridad (a titulización se está produciendo a precios muy elevados que se trasladarán a los conusmidores), toda la carga de estas compañías se centra en el recibo de la luz. En este sentido, Endesa insitió ayer que la solución de la refoma que prepara el departamento de José Manuel Soria tiene que recaer en incrementos considerables del precio final de la luz. Su consejero delegado, Andrea Brentan, insitió ayer en la necesidad de que incremente un 20% anual durante dos ejercicios.
El regulador energético, la CNE, está recomendando al Gobierno que cargue sobre los consumidores con incrementos del 30,7% de los costes reguladores de la tarifa (ponderan sobre el 50% del recibo de la luz), en el informe que esta semana aprobó en consejo (sin representación de PP). Pero su presidente, Alberto Lafuente (PSOE), cuestionó dicho informe y consideró "inaceptable" que el equilibrio del sistema venga por este frente.
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