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La provincia argentina de Neuquén también retira la licencia a YPF

Tercer revés a la filial de Repsol en menos de una semana. En el mercado creen que esta presión es para negociar la cancelación del dividendo, un punto que sigue en el aire.

La provincia argentina de Neuquén ha retirado este lunes a YPF la licencia para operar en dos áreas en este área del suroeste del país. El gobierno provincial ha informado de que retira a la filial de Repsol "las concesiones de Chihuido de la Salina y Portezuelo Minas", que serán asignadas a la empresa estatal Gas y Petróleo del Neuquén "para su continuidad".

La petrolera argentina YPF está sufriendo la presión de los gobernadores de las provincias con retirada de algunas licencias. Aunque son concesiones maduras y de baja inversión, se trata de un escenario negativo, que aviva la incertidumbre, según los analistas de Sabadell. Esta ronda de revisiones es determinante para una progresiva normalización de la situación en Argentina, aunque la compañía acaba de recibir un nuevo ultimatum de aviso de nacionalización en tres meses, según avanza la prensa local el pasado fin de semana. La explotación de la provincia de Neuquén tiene un 22,4% de crudo y un 67% de gas.

En el caso de las concesiones que se vinculan a las demandas de Neuquén, las tres no tendrían producción, aunque Chihuido podría formar parte de Chihuido de la Sierra que es un área importante (10% del crudo de YPF).

Más presión

La semana pasada, YPF perdió cuatro yacimientos supuestamente por no cumplir los objetivos de inversión, en las provincias patagónicas de Chubut y Santa Cruz, y esta semana perderá otros tantos. Se trata de concesiones antiguas y muy explotadas, que entre ambas suponen menos del 7% de la producción de YPF. El siguiente punto de atención serán las decisiones de la provincia de Mendoza (16% de la producción de crudo y 18,8% de la producción gasista). En el caso de Mendoza, YPF tiene de plazo para explicar sus inversiones hasta las 24.00 de este lunes -se habla de que podría retirar las concesiones de Ceferino (Rivadava) y Mollar Norte-.

Las concesiones mencionadas de Mendoza, Ceferino (Rivadava) y Mollar Norte, tienen una producción marginal.

¿Nueva amenaza de renacionalización o presión sobre el dividendo?
En paralelo a la batalla de los Gobernadores, el Ejecutivo de Argentina está manteniendo viva la amenaza de renacionalización. El pasado fin de semana, la prensa local afín al Gobierno, lanzaba un nuevo ultimatum a Repsol (posee el 57,42% de YPF) y al Gobierno de Mariano Rajoy, que desde el principio del conflicto, ha estado defendiendo los intereses de la compañía española, participada por La Caixa (12%) y Sacyr (10%).

Las primeras negociaciones con Argentina a finales de febrero dieron un amplio margen de confianza y evitaron que la presidenta Cristina kirchner no anunciara la nacionalización de la compañía el pasado 1 de marzo, durante el discurso de la apertura de las cortes, tal y como venía anuniando la prensa local. La mediación del Rey en el conflicto permitió allanar el camino y en un viaje relámpago del ministro de Industria, José Manuel Soria, a  Buenos Aires sirvió para sentar las bases para trabajar de forma conjunta.

Pero hoy se cumplen tres semanas de la reunión de Soria con los ministros del ramo argentinos y la prensa local lanza una segunda amenaza de la renacionalización de YPF para ejecutar en los próximos tres meses, antes de que llegue el frío (junio). El parlamento podría declarar la compañía de "utilidad pública" y posteriormente, Argentina podría lanzar una OPA hostil.

En el mercado, se cree que Argentina necesita de Repsol y la amenaza sobre una posible nacionalización apenas va más allá de la presión sobre el dividendo, que según los analistas de Sabadell, es más que probable que Argentina obligue a cancelalo. Es un tema importante con grandes implicacion la retribuciónes para Repsol, ya que con esta retribución el grupo local Peterson hace frente al crédito vinculado a la compra del 25% de YPF, que le prestó la propia petrolera.

"El discurso de la nacionalización suena muy bien, pero esconde grandes riesgos, como acaba de advertir Hugo Moyano. El barril de petróleo es mucho más caro que en el momento de la privatización pero las reservas son mucho menores. Tal vez si el Congreso declarara la utilidad pública de YPF, la merma en su capitalización la pondría más al alcance de una toma hostil en el mercado. Como se ve las alternativas son varias. Más difícil parece modificar el plazo. El autoabastecimiento a precios locales no es una cuestión ideológica, sino de supervivencia", dice la prensa local.

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