En una semana, el sistema financiero debería tener despejado su mapa futuro. Sin embargo, la sensación mayoritaria en las entidades es que la fecha del 31 de marzo apenas despejará incógnitas. "Desde hace una semana se ha notado un parón evidente en todo el proceso", aseguran desde uno de los grandes. El motivo no es otro que la falta de acuerdo entre la gran banca, Economía y el Banco de España sobre quién debe pagar la factura de las operaciones de fusión y concentración.
Santander, BBVA, La Caixa, Popular, Sabadell y Bankia pretenden que todos los procesos sean sufragados mediante ayudas públicas, una vez que ya existe el precedente en la fusión entre Unicaja y Caja España-Duero. "La pelota está ahora en el tejado de Economía y del Banco de España. Si no hay dinero del FROB para las fusiones es difícil seguir adelante con el proceso", explican en otra entidad sistémica.
De hecho, el proceso entre La Caixa y Banca Cívica, cuyo fin parecía inminente hace siete días, no se concretará hasta la próxima semana. Precisamente, uno de los principales motivos del retraso estriba en la aparición de algún tipo de ayuda pública que permita al grupo presidido por Isidro Fainé digerir con más facilidad al SIP liderado por la Can y Cajasol. En el sector se apuesta porque Banca Cívica, como ha ejecutado Caja España-Duero, solicite ayudas del conocido como FROB 3 antes de fusionarse con La Caixa. El monto de esas ayudas podría rondar los 900 millones de euros. En el SIP coopresidido por Goñi y Pulido desmienten esta posibilidad.
De hecho, Fainé y el resto de grandes banqueros han matenido contactos en los últimos días para reforzar el lobby de la gran banca ante la propuesta inicial de Economía, que apuesta por las integraciones sin ayudas públicas. Sin embargo, la 'vía Medel' ha roto este argumentario, como adelantó el pasado martes Vozpópuli. "Ya no puede haber distinciones entre unas entidades y otras. No se puede apelar a la excepcionalidad del proceso entre Unicaja y las cajas castellanoleonesas para articular una solución, porque todas las entidades, a día de hoy, tenemos una excepcionalidad y necesidad", reflexionan desde una sistémica.
Economía se resiste a que las inyecciones del FROB se generalicen para completar la reestructuración, mientras que las entidades no están dispuestas a asumir aportaciones extras al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), el instrumento que, hasta la actualidad, ha sufragado los esquemas de ayudas ante pérdidas futuras en los procesos de subasta. "El gran debate en estos momentos es concretar el mecanismo que financiará todos estos procesos. Puede haber dos vías: la inyección directa del FROB o un préstamo del FROB al Fondo de Garantía. La banca no aceptará otro camino diferente porque no quiere poner más dinero para la reestructuración del sector. No quiere pagar los platos de la mala gestión realizada en las cajas de ahorros", insisten en una entidad con más 150.000 millones en activos.
"Las ayudas públicas han sido generosas en los sistemas financieros de toda Europa y no ha pasado nada", admite el presidente de una entidad, que participó, la semana pasada, en un encuentro con otros banqueros para abordar esta situación. De hecho, entre los banqueros, según reconocen fuentes del sector, ya se ha frenado ese recelo a tener al Estado como posible accionista en los nuevos grupos. Primero, porque la participación estatal, tras la conversión de los bonos convertibles del FROB 3, sería bastante residual en los grandes grupos. Segundo, porque la devolución de los préstamos públicos correrían a cargo de la entidad comprada y, por tanto, no dañarían sus presupuestos.
Algunos analistas ya dan por descontado que el FROB tendrá que realizar aportaciones para las próximas fusiones y los procesos de subasta de Novagalicia y Catalunya Caixa. "Si no es así, lo más probable es que muchas entidades opten por sobrevivir al examen de las provisiones de sus activos inmobiliarios. Soluciones de urgencia que taparán la verdadera reflexión que debe plantearse el sector de si muchas entidades tienen viabilidad a medio y largo plazo cuando tengan que financiarse en los mercados mayoristas y ya se haya acabado la liquidez del BCE", inciden fuentes conocedoras de estas conversaciones a tres bandas entre la banca, Economía y el Banco de España.
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