Un grupo de accionistas de ACS, entre los que se encuentran varios ilustres como el naviera Fernando Fernández Tapias, están más que molestos con el presidente del grupo constructor, Florentino Pérez, el mismo que cinco años atrás les convenció para que apostaran fuerte por la compañía en bolsa. Entre ellos destaca muy por encima del resto Miguel Fluxá, presidente del grupo turístico Iberostar, que adquirió ni más ni menos que el 5% de ACS… cuando ésta cotizaba en máximos históricos.
En el caso de Iberostar, los números cantan. La compañía adquirió los títulos de ACS a un precio medio de 46,82 euros mientras que ayer las acciones de la empresa de construcción, servicios y concesiones cerraron la sesión a un precio de 19,95 euros. Todo ello se traduce en unas minusvalías latentes que se aproximan a los 400 millones de euros.
Tanto Iberostar como el resto de accionistas VIP que apostaron por ACS se han encontrado ahora con una situación muy incómoda, en tanto en cuanto, pasado un lustro, las entidades financieras comienzan a exigir la devolución de los préstamos. Algunos de los que compraron las acciones a crédito, una práctica muy habitual en aquella época cuando los préstamos fluían con mucha facilidad en el sector financiero, se han encontrado ahora con que la banca les amenaza con la ejecución de las garantías confiadas en su día, que no son otras que las propias acciones de la constructora.
En medio de esta situación, estos accionistas se han visto sorprendidos por la decisión de la compañía de pagar el dividendo en acciones, en lugar de en efectivo, que hubiera desahogado un tanto la posición de aquellos que han visto como, lejos de las previsiones del presidente de la compañía, los títulos de ACS no han hecho sino perder terreno a lo largo de estos años de crisis.
Pierde el liderazgo en bolsa
De hecho, hace ya algunos días que la empresa participada también por Corporación Financiera Alba (brazo inversor de Banca March) y los Albertos no es la primera constructora española por capitalización bursátil, lugar que ha dejado a Ferrovial, que ya supera a su rival por casi 200 millones de euros.
Hace algunas semanas, Fluxá destacaba en una entrevista publicada por El Economista que uno de los aspectos positivos de ACS es que repartía buenos dividendos, algo que ahora ha quedado en el aire precisamente por el sistema de retribuir al accionista por el que ha optado la compañía, justo en el peor momento para aquellos que entraron en máximos históricos.
Entre ellos también se encuentran algunos fondos de inversión internacionales que también fueron convencidos por Florentino Pérez para invertir en ACS. Por aquel entonces, la compañía se había hecho con una participación del 25% en la alemana Hochtief, paquete que ha crecido hasta situarse por encima del 50%.
Su filial alemana Hochtief no le está dando excesivas alegrías y no le pagará dividendo
Sin embargo, la empresa germana no le está dando por el momento excesivas alegrías. ACS acumula notables minusvalías en esta operación y este año ni siquiera tendrá el consuelo del dividendo ya que los germanos han optado por no repartirlo. Además, la filial australiana de Hochtief, Leighton, también se encuentra en una delicada situación ya que se ha visto obligada a revisar a la baja sus previsiones de resultados, lo que ha motivado la suspensión de su cotización en la Bolsa de Sydney.
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