La subida de tarifas aeroportuarias contemplada en los Presupuestos Generales del Estado lleva camino de dar más de un dolor de cabeza a AENA y el Ministerio de Fomento. A la reacción furibunda de algunas compañías aéreas, especialmente las de bajo coste, se ha unido la de la Comisión Europea, que está vigilando de cerca la maniobra que podría contravenir la normativa comunitaria al respecto.
A través de una Directiva de 2009, Bruselas estableció que cualquier actualización o modificación de las tarifas aeroportuarias debería ser supervisada por una Autoridad Estatal designada por el Ministerio de Fomento. Para trasponer la citada Directiva, a finales de agosto el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero creó la Comisión de Regulación Económica Aeroportuaria, que se encargaría a partir de ese momento de cumplir con lo dictado por la Comisión.
Sin embargo, la actuación de la mencionada Comisión en el caso de la subida de las tarifas decretada por el actual Ejecutivo en los Presupuestos ha brillado por su ausencia, ante un incremento que parte del sector considera como desmesurada.
De esta forma, la Comisión Europea está llevando a cabo una labor de vigilancia para determinar cómo se ha realizado este proceso y detectar si se han producido irregularidades, en cuyo caso propondrá sanciones.
¿Repercusión positiva en los ingresos?
El presidente de AENA, José Manuel Vargas, defendió en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados el incremento de las tarifas e incluso resaltó que de no mediar esta decisión el Estado se vería obligado a asumir parte del elevado endeudamiento que soporta el gestor aeroportuario.
“Es verdad que es una subida importante, que llega en un momento económico malo y que las aerolíneas están sufriendo, pero debemos recuperar las inversiones realizadas en infraestructuras aeroportuarias en los últimos años y deben pagarlas quienes la utilizan”, señaló Vargas en su comparecencia pública para justificar una subida media del 10,2% para 2012.
No obstante, el incremento de las tarifas aeroportuaria no se relacionada necesariamente con una subida de los ingresos, especialmente teniendo en cuenta la situación económica actual, que apunta a una reducción de las cifras de tráficos en los aeropuertos.
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