BFA-Bankia ha colgado el cartel de 'Se vende' a su cartera industrial. Excepto Iberdrola y Mapfre, que son consideradas como estratégicas por el grupo, la entidad ha decidido continuar con el proceso de desinversión del resto de sus participadas, como le ha exigido Economía en el nuevo plan de saneamiento inmobiliario. Unas medidas adicionales que han forzado la salida de Rodrigo Rato de la presidencia de la entidad.
El grupo ha dado orden al banco de inversión Lazard, que asesoró a Bankia en su salida a Bolsa, para acelerar la venta de sus participadas. Esta es una de las tres vías de las medidas adicionales que tanto el Banco de España como Economía han solicitado a Bankia para poder cumplir con el Plan de Guindos.
Iberdrola y Mapfre son las únicas participadas 'vetadas' por la entidad para su venta. En el caso de la eléctrica, la razón no es otra que el importante dividendo que recibe el banco anualmente por parte de Iberdrola que la entidad financiera destina para el pago de los intereses de las ayudas públicas de primera generación. Mientras, Mapfre es socio en el negocio de bancaseguros del grupo BFA-Bankia. Una alianza que no se ha puesto en duda en ningún momento.
La entidad confía en conseguir importantes plusvalías con la venta de su cartera de participadas, a pesar del difícil entorno en el que se van a producir estas ventas. Entre las joyas de la corona que pueden salir del perímetro de la entidad se encuentran IAG (la fusión de Iberia y British Airways), donde posee el 12,1%; NH Hoteles (15%), SOS (18%) o Indra (20%). La valoración de estas participadas puede superar los 800 millones de euros. Además, el grupo también ha encargado a Lazard la venta de participaciones financieras y de otros activos como la concesionaria de hospitales Ribera Salud.
En NH, Bankia es el segundo máximo accionista tras Hesperia, y por encima de Amancio Ortega (Pontegadea) y varias de las antiguas cajas de ahorro. El poder de la entidad madrileña es tal que el presidente (Mariano Pérez Claver) es un hombre muy vinculado a la casa, anterior mandamás de su otra participada SOS.
En el caso de IAG ocurre algo similar. El hombre fuerte de Iberia es Rafael Sánchez-Lozano, un directivo que trabajó durante muchos años en Caja Madrid, y que es de toda la confianza del núcleo de Bankia, pero en el ojo del huracán por su gestión en la relación con los pilotos, en pie de guerra por la creación de Iberia Express.
Además, cuenta con un 20% de Mecalux (111 millones); un 4,1 % de Bolsas y Mercados Españoles (BME) que vendió en febrero por 70 millones; un 9,1% en la inmobiliaria Metrovacesa (41 millones) y también la mitad de Caja Madrid en la concesionaria Globalvía.
Sólo en los últimos dos meses ha vendido el 4% de BME y del 10% de Mapfre América a la propia Mapfre, sociedad participada por Banco Financiero y de Ahorro (BFA), la matriz de Bankia, en un 15%. Estas desinversiones se suman a las ya realizadas el año pasado con la aseguradora o la de la firma de renovables Gedesa.
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