La banca acreedora de Abengoa no sabe todavía, más de dos meses después de que el grupo solicitara preconcurso de acreedores, como pretende la multinacional energética reducir su deuda para evitar el que sería el mayor concurso de acreedores en la historia empresarial española.
Abengoa presentó el miércoles a sus principales acreedores (bancos y bonistas, con más de 8.000 millones de deuda) un plan industrial para mantener la viabilidad del grupo. El informe, elaborado por Alvarez&Marsal y Lazard, contempla desinversiones en activos que la empresa considera no estratégicos. Pero el plan no alude a los plazos en los que prevé devolver los préstamos entregados, tampoco incluye un mapa detallado de la deuda, garantías, deuda sostenible...
"Abengoa ha presentado un plan industrial, pero no ha explicado a qué se compromete, con cuánta deuda pretende quedarse, si pretenden una quita"... indican las fuentes consultadas
De acuerdo a fuentes financieras la empresa tiene previsto abordar la reestructuración de su deuda la próxima semana. "Abengoa ha presentado un plan industrial, pero no ha explicado a qué se compromete, con cuánta deuda pretende quedarse, cuál quieren capitalizar, qué deuda es sostenible, si pretenden una quita"... indican las fuentes consultadas. "Sí que dejan claro que del concurso se iría a la liquidación, y piden a los bancos liberar garantías aportadas a cambio de los dos últimos préstamos [desde septiembre, cerca de 240 millones de euros] para que estas puedan usarlas los bonistas en contraprestación de un nuevo préstamo de unos 150 millones y aguantar así hasta marzo", añaden.
El retraso en la presentación del plan financiero ha elevado la desconfianza entre los acreedores financieros hacia Abengoa. Las entidades consideran que debían haber tenido acceso al plan industrial hace una semana, cuando este fue presentado al consejo de administración, y que al mismo tiempo debía haberse abordado el plan financiero.
Los bancos, liderados en las negociaciones por Santander, Bankia, Caixabank, Sabadell, Popular, HSBC, y Credit Agricole, no están dispuestos a negociar de momento quita alguna. La compañía con sede en Sevilla insiste en las conversaciones con los acreedores que del concurso se iría directamente a la liquidación, que "todos tenemos que hacer sacrificios", y que tanto bancos como propietarios de los bonos emitidos por el grupo tendrán que hacer concesiones. Abengoa confía en que los bonistas, al haber adquirido los bonos a sus anteriores propietarios con descuentos de hasta el 90% en algunos casos, estén dispuestos a aceptar una quita elevada.
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