Empresas

El trabajo de un chico de 17 años que descubrió el agujero de Abengoa hace un año

Un alumno de un colegio de Barcelona vio en las cuentas de Abengoa hace un año lo que a Deloitte, que cobró 8 millones en 2014 por auditar a la compañía energética, le ha pasado desapercibido.

"¡Ha quebrado, la empresa que tú decías ha quebrado!". Pepe Baltá, que en la actualidad cursa primero de Medicina en la Universidad de Barcelona, recibió una llamada de un amigo hace dos semanas en la que este le anunciaba la entrada en preconcurso de Abengoa. "Lo sentí por la compañía", dice Baltá, "realmente no pensaba que fuera a caer, tan grande, y con tantos años...".

Juan Miguel Borda, profesor del Colegio Viaró, de Barcelona, encargó a finales de 2014 un trabajo a sus alumnos de Economía –en los dos últimos cursos de bachillerato es posible optar por esta asignatura– consistente en analizar las cuentas de una gran compañía española. "Durante el primer trimestre del curso se estudia cómo elaborar e interpretar el balance de situación y la cuenta de resultados de una empresa", explica Borda. "También se les dan unas nociones básicas de contabilidad y al finalizar el trimestre se les enseñan instrumentos para analizar los estados contables y se les pide un trabajo para la vuelta de navidades. Ellos eligen la empresa que más les guste; se les pide que se mojen con la situación de la empresa y que propongan soluciones a posibles problemas que vean en sus estados financieros".

Pepe Baltá escogió Abengoa. "Fue una de las empresas que el profesor puso como ejemplo de una gran compañía española, yo antes no la conocía", recuerda, "sus cuentas eran accesibles desde la web y me pareció que ofrecía suficiente información". Lo primero que llamó la atención de Baltá fue que en la contabilidad de Abengoa "aparecía un beneficio negativo que después se convertía en positivo, no entendía como podía hacerse eso".

"Mi vocación es la Medicina", dice el alumno del colegio Viaró

El trabajo que realizó Baltá, con 17 años, Informe analítico de Abengoa, años 2012 y 2013, consta de 18 páginas en las que de forma sencilla disecciona las cuentas de la multinacional energética para concluir que si no lo remediaba de alguna manera, el grupo corría el peligro de terminar en concurso de acreedores (el pasado 25 de noviembre Abengoa informó que solicitaba preconcurso; el concurso de la compañía sería el mayor de la historia empresarial española). Lo que Deloitte no ha advertido en sus informes de auditoría sobre Abengoa ejercicio tras ejercicio, por los que ha ingresado en los tres últimos años 19,9 millones de euros, 7,9 millones en 2014, lo hizo hace un año este estudiante de Barcelona atendiendo únicamente a las cuentas de 2012 y de 2013.

En su trabajo Baltá resumía en primer lugar los componentes del balance comparando las cifras del activo corriente y no corriente de los ejercicios 2012 y 2013 con las cifras de patrimonio neto y del pasivo corriente y no corriente de los mismos años. Respecto al activo no corriente, Baltá señalaba que la masa patrimonial más importante correspondía a los inmovilizados en proyectos, activos por impuestos diferidos, y el inmovilizado material. "No sabía exactamente qué eran las inmovilizaciones en proyectos, así que lo busqué en la memoria". Abengoa explica que consisten en "participaciones en diversas sociedades cuyo objeto social, en general, es el desarrollo de un proyecto integrado consistente en el diseño, construcción, financiación, explotación, y mantenimiento de un proyecto en propiedad o en concesión".

El alumno del Colegio Viaró destacó en su trabajo que los activos en proyectos concesionales eran la parte más importante de la masa patrimonial de Abengoa. Un punto sobre el que ahora consultoras, despachos de abogados y entidades financieras llaman la atención cuando tratan de explicar la crisis de la empresa sevillana.

A la hora de analizar el patrimonio de Abengoa, Baltá destacaba en su informe que tanto en 2012 como en 2013 el fondo de maniobra de la empresa era negativo, pero que había mejorado algo en 2013, lo que suponía que la compañía estaba tratando de corregir la situación. "Pero", advertía en su trabajo, "si no lo hace ahora entrará en suspensión de pagos". Y añadía: "Sabiendo que se trata de una empresa de tanta importancia es difícil pensar que se llegue a esta situación".

Al encarar el análisis financiero de Abengoa, Baltá subrayaba que el ratio de liquidez "está bastante por debajo del valor recomendado, lo que nos hace llegar a la misma conclusión que con el fondo de maniobra, peligro de suspensión de pagos". El ratio de solvencia "también está por debajo de la cifra correcta, lo que significa que las deudas que tiene en proporción al activo suman una cifra demasiado alta". Con el ratio de endeudamiento "vemos que la empresa también está fuertemente endeudada ya que tiene un pasivo demasiado grande o un patrimonio neto demasiado pequeño aunque si analizamos la deuda vemos que tiene una proporción correcta (ratio de la estructura de la deuda)".

El trabajo finaliza con las conclusiones. Abengoa "es una empresa muy poderosa y que funciona a pesar de tener el fondo de maniobra negativo", terminaba escribiendo Baltá. "Mi consejo sería que intentara aumentar de alguna manera su patrimonio neto con financiación propia o externa; también habría que aumentar el realizable o intentar disminuir de alguna manera el pasivo corriente, ya sea hablando con los proveedores renegociando la deuda o buscando algún tipo de financiación para no tener ningún problema de suspensión de pagos".

"Mi principal conclusión", resume ahora Baltá, "fue que el pasivo corriente era muy superior al activo corriente y que si en un momento dado tenía que saldar deudas tendría problemas". Las cuentas de 2012 "ya reflejaban esa situación", apunta. "Creo que les ha pillado el toro, que no han tenido buena suerte, que han tenido problemas de deuda cuando ya habían tensado mucho la cuerda".

¿Se dedicaría ahora Baltá, visto el buen ojo, a la contabilidad, la consultoría? "No, no", responde. "Mi vocación es la Medicina... Escogí la asignatura de Economía porque pensé que sería más fácil para mí que Matemáticas o Física, pero la verdad es que disfruté y aprendí haciendo ese trabajo".

"Fue un trabajo excelente", comenta orgulloso su profesor de Economía del colegio, Juan Miguel Borda. "Calculó bien los ratios, aprendió a utilizar las hojas de cálculo, los balances, se mojó con las conclusiones... fue excelente, con nota de 9 a 10".

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