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El hijo de Alberto Aza y el exsecretario de Estado Ramón de Miguel dejan Abengoa

El primero se incorporó al grupo de los Benjumea al mismo tiempo que su padre; el segundo sigue ligado a Iberdrola. Ambos han cesado como consejeros de la filial de Bioenergía de la andaluza, la empresa menos perjudicada por la reforma energética.

Abengoa aligera un poco (sólo un poco) el fuerte peso político de los miembros de sus órganos de administración. Alberto Aza Custodio, hijo del que fuera jefe de la Casa Real entre 2002 y 2011, Alberto Aza Arias, y el exsecretario de Estado de Exteriores Ramón de Miguel se han desvinculado del consejo de administración de la filial de biocombustibles del grupo andaluz, Abengoa Bioenergía.

Su salida se inscribió en el Registro Mercantil de Sevilla con fecha 13 de julio, un día después de que el Gobierno aprobara los detalles de la esperada reforma energética. Esta incluye un importante recorte de las primas a las energías renovables, aunque el sector termosolar, del que el grupo de la familia Benjumea es líder mundial, ha sido el menos damnificado.

Aza junior finaliza así su estancia como vocal de esa filial, a la que se incorporó en noviembre de 2011, coincidiendo con la incorporación de papá Aza, ese mismo mes, al consejo asesor internacional de Abengoa. El exjefe de la Casa Real se desvinculó de ese órgano el 27 de febrero de 2012, cuando renunció por "incompatibilidad sobrevenida" tras su nombramiento como consejero permanente de Estado.

No obstante, Casa Real sigue manteniendo vínculos con Abengoa a través de Carlos de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, infante de España, príncipe de las Dos Sicilias, duque de Calabria, conde de Caserta y jefe de la casa de Borbón-Dos Sicilias. Primo de Juan Carlos I, es consejero independiente de Abengoa Solar.

Por su parte, Ramón de Miguel ha solicitado la "baja voluntaria" del consejo de Abengoa Bioenergía, según fuentes próximas al que fuera secretario de Estado de Política Exterior y para la Unión Europea con José María Aznar, exjefe de los gabinetes de los comisarios europeos Abel Matutes y Marcelino Oreja y exdirector general de Energía de la Comisión Europea.

De Miguel ha vivido una situación curiosa en los últimos tres años: desde 2010 era consejero en una filial de Abengoa, cargo que compatibilizó con la presidencia de la filial de ingeniería de Iberdrola, de la que fue cesado el año pasado tras un escándalo de corrupción en Letonia. Desde hace tiempo, el grupo sevillano intercambia bofetadas dialécticas con Iberdrola, que ha abogado por eliminar las primas a la energía termosolar por el efecto que, dice, tendrá en el déficit tarifario, el mayor problema del sector eléctrico.

Tras su cese en la filial de ingeniería de Iberdrola (la misma que fichó al marido de María Dolores de Cospedal, Ignacio López del Hierro), Ramón de Miguel continúa en la eléctrica aunque sus funciones no están claras. Sigue como "adjunto al presidente", Ignacio Sánchez Galán, pero sin ninguna responsabilidad ejecutiva en la empresa.

En el consejo de Abengoa Bioenergía permanecen dos figuras con buenas conexiones con Estados Unidos: Juan Verde, exasesor del presidente Barack Obama, y Javier Rupérez, excónsul general de España en Chicago y exembajador en EEUU (2000-2004).

Abengoa Bioenergía, que a cierre de 2012 concentraba el 23,6% de la deuda de Abengoa (8.282 millones de euros), perdió el año pasado casi 250 millones y se juega buena parte de su negocio al otro lado del Atlántico, donde proyecta una de las primeras plantas comerciales de producción de bioetanol de segunda generación. 

A comienzos de este año, Abengoa eligió Washington D. C., la capital de Estados Unidos y la ciudad del mundo con más lobistas por metro cuadrado, como sede de su nueva filial en el país, Abengoa US Holding, cuya creación anunció en enero pasado la multinacional andaluza de ingeniería, energía renovable y servicios.

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