El director general corporativo de ACS, Ángel García Altozano, aseguró hace unos días que el grupo prevé deshacerse al fin de sus activos renovables antes de final de año. En concreto, tiene clasificados como disponibles para la venta parques eólicos e instalaciones fotovoltaicas que suman 1.056,6 megavatios (MW) de potencia, de los que 778 MW está ubicados en España.
La firma ha valorado estos activos en 3.161,4 millones de euros en sus últimas cuentas, las correspondientes al primer semestre de 2013, con una deuda asociada de 2.626 millones (2.056,9 millones neta). Esta valoración supone casi un 8% más que los 3.026,8 millones que estableció en diciembre de 2012 y un 3,4% que los 3.161,4 millones.
Una valoración al alza que responde a la mayor certidumbre que existe en el mercado después de que el Gobierno haya finalizado –previsiblemente- las reformas que afectan directamente a la retribución de las energías renovables. El 20 de junio pasado se publicó en el BOE la orden que recoge los parámetros retributivos de las instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos.
ACS vendió en 2011 cuatro paquetes de activos verdes por más de 1.760 millones
Con la nueva regulación, ACS cree que es el momento de dar salida a sus activos renovables, que tienen el cartel de ‘se vende’ desde finales de 2010. Entonces, el grupo tenía una potencia total de 1.757 MW netos, de los 1.408 MW correspondían a parques eólicos (1.056 MW en España y 352 en Portugal) y 349 MW a plantas termosolares, todas ellas en España.
En aquel momento, la firma que preside Florentino Pérez valoró esta cartera en 4.163,3 millones, con una deuda bruta vinculada de 3.441,7 millones (2.869,9 millones neta). Las estimaciones más optimistas del grupo, no obstante, apuntaban a unos ingresos próximos a los 5.000 millones de euros por la venta de estos activos.
Sin embargo, los cambios regulatorios que introdujo el Gobierno socialista en materia de energías renovables y la incertidumbre que se apoderó del sector dificultaron enormemente su venta. Con todo, logró colocar en el verano de 2011 en cuatro paquetes parte de estos activos. Lo hizo, eso sí, con relevantes descuentos respecto a los precios que había estimado inicialmente.
En concreto, traspasó a Gas Natural Fenosa parques eólicos que sumaban 95,5 MW por 72,4 millones de euros. Asimismo, vendió 11 parques en Castilla y León, con una potencia de 442 MW brutos, a Bridgepoint por 636 millones. Las plantas termosolares Andasol I y Andasol II (50 MW cada una) fueron adquiridas de forma conjunta por la francesa Antin Infrastructure Partners FCPR y la británica RREEF Pan European Infrastructure Fund por 830 millones. Finalmente, Canepa Asset Management se hizo con nueve parques eólicos con 140 MW de potencia conjunta por 223,4 millones. ACS ingresó con aquellas operaciones más de 1.760 millones de euros.
La llegada del PP al Gobierno, sin embargo, incrementó sustancialmente la incertidumbre sobre el sector de las renovables en España e hizo imposible nuevas ventas. En 2012 y 2013 ACS no materializó ninguna desinversión en este campo e incluso se vio obligada a provisionar 199 y 300 millones, respectivamente.
La constructora tiene que vender antes de final de año para proteger sus ratios de la abultada deuda asociada a los parques renovables
Los temores se confirmaron con los sucesivos recortes, moratorias y cambios regulatorios que han limitado hasta el entorno del 6-7% la rentabilidad anual de las instalaciones renovables. Una situación que ha arrojado miles de denuncias en los juzgados españoles y un puñado de litigios en los tribunales internacionales liderados en muchos casos por importantes fondos de inversión extranjeros.
Ahora, con la normativa ya aclarada y la mejora de la confianza de los mercados en España, el grupo constructor considera que el escenario ha dado un giro definitivo y observa “una alta probabilidad de que se produzca la venta en el corto plazo”, según reza en su último informe semestral.
En realidad, esta “alta probabilidad” la ha repetido cada año en sus cuentas. Con esta declaración de intenciones, que año tras año se descubrió demasiado optimista, ha podido mantener fuera del balance los pasivos vinculados a sus activos renovables, que como se ha dicho en 2010 ascendían a 3.441,7 millones, y así mejorar su ratios. La normativa señala que el plazo máximo de un activo clasificado como disponible para la venta es de un año, salvo cuando concurran circunstancias que se consideraran improbables. En este sentido, ACS ha utilizado los cambios regulatorios para servirse de esta excepción.
Sin embargo, con las normas sobre retribución a las renovables culminadas, esta incertidumbre, a priori, desaparece y, por tanto, estos activos disponibles para la venta ya no podrán estar fuera del balance en las próximas cuentas anuales, con el consecuente deterioro para los resultados de ACS. Es por ello que el grupo que lidera el también presidente del Real Madrid, ha de apresurarse para desprenderse de toda esta cartera.
El mercado estima que a pesar de la mejoría del entorno, ACS tendrá que vender todavía con importantes descuentos. Los analistas dudan, de esta forma, que la constructora obtenga los 3.268,7 millones en que valora sus activos. En el hipotético caso de que se llegara a esa cifra, los ingresos limpios para el grupo español, en todo caso, serían muy inferiores, de poco más de 640 millones, debido a que la deuda asociada alcanza los citados 2.626 millones.
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