Empresas

Las constructoras españolas contratan en el exterior en dos años el equivalente al 8,8% del PIB

Los pasados 2013 y 2014 constituyen un bienio histórico para el sector. Los grupos constructores españoles han obtenido en este periodo contratos en el exterior valorados en más de 90.000 millones, más de lo que se licitó en España en los últimos cuatro años.

El sector constructor y de infraestructuras en España acaba de cerrar otro año récord en lo que se refiere a su actividad en el exterior, superando incluso las que parecían inalcanzables cifras registradas en 2013. Durante los dos últimos ejercicios, las compañías españolas han conseguido adjudicarse contratos fuera por un valor superior a los 90.000 millones de euros, cantidad que equivale a un 8,8% del Producto Interior Bruto (PIB).

Los números también superan el total de obra pública licitada en España durante los últimos cuatro años, en los que se han dejado sentir con especial incidencia los efectos de la crisis. Precisamente, las empresas han tratado de huir de este escenario enfocándose al exterior y a fe que lo han conseguido.

Este efecto se percibe especialmente en los grandes grupos constructores y de infraestructuras y en la composición geográfica de sus carteras. Así, el 83% de la cartera de pedidos de ACS está fuera de España. En el caso de Ferrovial, el componente internacional de la cartera se cifra en el 70%. Por su parte, Sacyr cuenta con 83% de su cartera de construcción en el exterior (45% del negocio de concesiones). En este terreno, FCC es la menos internacional, con un 40% de la cartera procedente del extranjero.

A falta de las cifras definitivas, las empresas españolas han marcado un nuevo récord en 2014 en lo que se refiere a contratos logrados en el exterior, por encima de los 46.000 millones de euros. Por volumen de contratos, destacan proyectos como la carretera de circunvalación de Sydney, en Australia, un contrato logrado por Acciona y valorado en algo más de 5.000 millones de euros.

Otro de las grandes hitos del año fue la adjudicación de la línea 2 del metro de Lima a un consorcio liderado por ACS y FCC, por una cuantía de unos 3.900 millones de euros. Ferrovial se hizo, por su parte, con un nuevo tramo de la autopista canadiense ETR 407, uno de cuyos tramos explota desde hace una década.

Incertidumbre en el horizonte

Uno de los últimos contratos adjudicados fue el del metro ligero de Sydney, que fue a parar a un consorcio liderado por Acciona, por algo más de 1.200 millones de euros. ACS también se llevó en las últimas semanas la licitación de un tramo de alta velocidad en California (EEUU), uno de los primeros que se han otorgado, por un importe cercano a los 1.000 millones de euros.

Precisamente, mercados como EEUU, Latinoamérica y Oriente Medio han sido los más propicios para que las compañías españolas sigan teniendo protagonismo en el exterior y palien, de este modo, el recorte en las inversiones en obra pública que se ha registrado en España.

Para los próximos años, el desafío de las constructoras españolas será prepararse para luchar con la fuerte competencia que ya suponen los grupos asiáticos, especialmente los procedentes de China y Corea del Sur. Las grandes compañías chinas del sector comienzan a adjudicarse grandes contratos en el exterior y cuentan con el apoyo de los bancos locales para lograr financiar los proyectos en tiempo récord, algo que no sucede con las empresas europeas, las más potentes del sector junto a las norteamericanas y australianas.

El lobby constructor europeo trata de conseguir que la Unión Europea dote de mayor poder al Banco Europeo de Inversiones (BEI) para que incremente su capacidad de financiar proyectos y apoyar a las empresas. En cualquier caso, será difícil repetir las cifras de los dos últimos años en cuanto a contratación en el exterior.

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