El consejo de administración de ACS tomará probablemente esta semana una decisión sobre el futuro del dividendo complementario de la compañía después de que el grupo anunciara a mediados del ejercicio que la retribución con cargo a resultados quedaba suspendida debido a los números rojos que presentará la compañía.
Desde ese momento, la incógnita se establece en qué sucederá con la otra parte del dividendo, cuestión que ha quedado en el aire tanto en encuentros públicos como privados. Entre los primeros cabe destacar las dos reuniones con analistas con motivo de las presentaciones de resultados del primer semestre y el tercer trimestre. En la primera fue en la que el presidente de la compañía, Florentino Pérez, dio a conocer la suspensión del dividendo a cuenta de resultados debido a que la venta del 3,7% de Iberdrola muy por debajo del precio al que estaba valorada en libros ha motivado un ajuste tal que ACS se aseguraba cerrar el año en pérdidas. En ese momento, aún era pronto para determinar si habría dividendo complementario.
La segunda oportunidad llegó en la conference call con analistas para comentar los resultados del tercer trimestre. Entonces fue el director general de la compañía, Ángel García Altozano, quien aseguró que todavía no había una decisión tomada al respecto.
Antes, en privado, algunos accionistas significativos de ACS habían efectuado sus propias consultas al respecto. Ha sido el caso de los financieros Alberto Alcocer y Alberto Cortina, los Albertos, que ya inquirieron a Pérez nada más llevarse a cabo la venta de acciones de Iberdrola (a mediados de abril) al ver que la operación ponía en peligro la que ha sido tradicionalmente una fuente de financiación para hacer frente a los pagos de intereses y vencimientos de deuda.
Precisamente, la incertidumbre generada por la posible suspensión total del dividendo, además de la presión de la banca acreedora, llevó a los Albertos a vender un paquete del 5% de acciones del grupo constructor.
La maniobra de López Jiménez
El pasado viernes se supo que Pedro López Jiménez, consejero de ACS desde 1989 y persona de absoluta confianza de Florentino Pérez, se había deshecho de la totalidad de su participación en Ence (un 5,12% del capital). El que fuera presidente de Unión Fenosa cuando ACS era el accionista de control de la eléctrica había vendido previamente títulos del grupo constructor ante la inminencia de una serie de vencimientos a los que tenía que hacer frente y que estaban relacionados con la adquisición del paquete de la papelera cotizada.
Sin embargo, la operación ha generado más dudas en el mercado sobre el dividendo de ACS, toda vez que la suspensión definitiva del mismo llevaría precisamente a tomar medidas de precaución tales como las adoptadas por algunos accionistas y consejeros de la constructora (en el caso de López Jiménez, con ambas atribuciones).
Por el momento, el papel de Banca March, principal accionista de ACS con una participación del 18%, está siendo silencioso. Sin embargo, sus cuentas se han visto afectadas por las pérdidas de su participada a causa de la salida parcial de Iberdrola. El asalto de la eléctrica ha sido una maniobra abanderada por Pérez pero que no ha contado con un apoyo firme por parte de todos. Ahora que las consecuencias están dejándose notar, es posible que las decisiones pasen a tomarlas otros.
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