El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) acaba de adjudicar el proyecto constructivo de dos apeaderos en la Comunidad de Madrid a Vías y Construcciones, filial de ACS, que presentó ofertas con bajas que rondan el 50% sobre el presupuesto base. Esta compañía fue la encargada de construir el tramo de alta velocidad a Levante que se vio afectado por las lluvias poco antes del verano, hasta el punto de que las vías quedaron hundidas, lo que obligó a suspender el servicio de la línea.
En concreto, Adif, dependiente del Ministerio de Fomento, otorgó a Vías y Construcciones el encargo del proyecto constructivo de dos apeaderos de la red de cercanías en el barrio de Mirasierra, en la zona norte de Madrid, y en la localidad de Torrejón de Ardoz.
La filial de ACS ofreció para el primer contrato 3,7 millones de euros, lo que supone una baja del 47,5% respecto al presupuesto base. Mientras, la compañía se adjudicó el segundo contrato por el que presentó una propuesta económica de 3,18 millones de euros, un 46,5% por debajo de lo marcado en la licitación.
Además de darse la circunstancia de la existencia de notables bajas en los precios, la historia no juega precisamente a favor de Vías y Construcciones. Su nombre aparece ligado al último incidente que se produjo en la red de alta velocidad en España, cuando la línea Madrid-Levante quedó cortada por el efecto de las lluvias en el trazado, que había provocado que las vías quedaran literalmente enterradas.
Bajas en el contrato de la vía hundida
A través de Vías y Construcciones, el grupo ACS se adjudicó en día la construcción de la plataforma del tramo Albacete-Variante de Alpera, en el que se produjo el incidente.
La oferta del grupo que preside Florentino Pérez incluyó un precio de 43,95 millones de euros, un descuento del 25% en relación con el la cantidad presupuestada en la licitación. Precisamente, fue escogida por ser la más económica de las presentadas por este tramo.
Se trataba de realizar una nueva plataforma sobre un trazado ya existente por donde circulaban trenes convencionales. La obra incluía la adaptación del ancho de vía ibérico al internacional, por lo que la obra constaba de dos fases.
La primera preveía la construcción de una variante para que el AVE pudiera circular hasta que finalizara el trazado definitivo, que incluye el mencionado ancho internacional. La primera fase del tramo también fue adjudicada con una notable baja, en este caso del 35%, al grupo Assignia Infraestructuras, que presentó una oferta de 43,09 millones de euros.
Algunas de las adjudicaciones del Ministerio de Fomento están llamando la atención por las notables bajas que se contemplan en las ofertas presentadas por los grupos constructores. Expertos del sector han destacado en numerosas ocasiones que esta circunstancia deriva en numerosas oportunidades en sobrecostes.