El primer semestre de 2015 ha sido uno de los más positivos para el tráfico aéreo de los últimos años, hasta el punto de que hasta once aeropuertos presentan ya mejores cifras acumuladas de pasajeros entre enero y junio que antes del inicio de la crisis. Pero la realidad tiene otra cara y en ella están la mayor parte de los aeropuertos construidos o ampliados poco antes del inicio de la recesión, al calor del “todo vale” cuando se trataba de dinero público. Infraestructuras y pistas como las de León, Albacete, Huesca o Logroño, entre otras, en las que se enterraron más de 200 millones de euros y cuyas cifras de pasajeros se han desplomado más de un 60% durante la crisis.
Algo más de 93 millones de pasajeros han pasado por los aeropuertos españoles en los seis primeros meses del año, tan sólo un 3,5% menos que en el primer semestre de 2007, el año del récord absoluto (más de 210 millones de pasajeros al cierre del ejercicio).
Sin embargo, hasta 13 aeropuertos han perdido más de un 50% de su tráfico desde el inicio de la crisis. Entre ellos están todos los levantados o ampliados en plena burbuja de crecimiento económico, con previsiones notablemente infladas e inversiones desproporcionadas. El desastroso resultado global se agrava aún más cuando se entra en detalle.
Sin duda, el paradigma más destacado de los excesos aeroportuarios fue el de León. En la construcción de una nueva terminal y la ampliación de las pistas las Administraciones Públicas invirtieron nada menos que 80 millones de euros. El proyecto, apadrinado por el entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, natural de la provincia, permitía triplicar la capacidad de la infraestructura, que podría dar servicio hasta a 580 pasajeros cada hora.
El absurdo de la cifra se ilustra con una simple comparación. En 2007, el citado ejercicio del récord absoluto de pasajeros y tres años antes de inaugurarse el nuevo, el aeropuerto de León presentaba una afluencia superior a las 400 personas… pero no por hora sino por día. En 2015, el tráfico del aeropuerto de León se ha desplomado un 79,4% en relación con aquel histórico 2007. La afluencia actual se sitúa en torno a 85 pasajeros por día.
Huesca: 40 millones para un pasajero cada tres días
Aunque parezca complicado, hay dos aeropuertos que presentan una evolución más negativa durante la crisis: Vitoria y Albacete. Este último fue adecuado para la aviación civil durante la pasada década, con una inversión cercana a los 15 millones de euros. Dinero público tirado a la basura a tenor de las estadísticas de la pista.
El tráfico en Albacete ha caído más de un 92% desde 2007. Durante el primer semestre de este año, la afluencia media se ha situado en poco más de tres pasajeros por día.
Claro que, al menos en este capítulo, ninguno es capaz de superar al aeropuerto de Huesca-Pirineos. Fue inaugurado precisamente en mayo de 2007 y en sus primeros dos meses albergó 110 pasajeros. La fotografía desde de los duros años de la crisis no puede ser más desoladora: en los seis primeros meses de 2015, tan sólo 58 personas han empleado sus instalaciones, es decir, una cada tres días y casi la mitad que en aquellos dos primeros meses. La inversión en esta infraestructura se fue hasta los 40 millones de euros.
Menor fue el gasto en el aeropuerto de Logroño, inaugurado en 2003, al que se destinaron unos 15 millones de euros. Sin embargo, es uno de los casos más ilustrativos de una nula planificación. A apenas una hora de dos aeropuertos ya existentes, como son los de Pamplona y Vitoria, la apertura de las pistas de El Agoncillo venían a colmar necesidades y aspiraciones única y exclusivamente políticas.
El resultado, a la vista. El tráfico en el aeropuerto de Logroño se ha desplomado un 70% desde 2007 y por sus instalaciones apenas circulan 40 pasajeros al día.
Barcelona, Alicante e Ibiza, la cara amable
Más hacia el sur, Córdoba vio cómo su infraestructura aeroportuaria se amplió con una inversión de 31 millones de euros, con unos resultados ruinosos. La crisis se ha llevado dos tercios del tráfico que registraba el aeropuerto en 2007. En los seis primeros meses del año, la media de afluencia ha sido de apenas 20 pasajeros al día.
La otra cara de la moneda la ofrecen los diez aeropuertos que sí han logrado superar sus registros de 2007 durante el primer trimestre. Destacan por encima de todos los casos de Barcelona-El Prat, con un incremento de tráfico del 17%, y Alicante, con un 14,5%. El primer puesto destacado es para Ibiza, con un 36,2% más de pasajeros que en 2007.
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