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¿Recuperación en Barajas? El aeropuerto de Madrid alberga menos pasajeros que antes de abrir la T4

El aeropuerto Adolfo Suárez acumula siete meses consecutivos de incremento de tráfico pero el ritmo de recuperación es inferior al de la media de aeródromos españoles, hasta el punto de que por Barajas pasan aún menos pasajeros que antes de abrir la T4.

Las alarmas en torno a la caída de tráfico del aeropuerto de Madrid-Barajas que se encendieron el pasado ejercicio parecen haberse apagado después de siete meses consecutivos de incremento en el número de pasajeros. Sin embargo, los datos no permiten aun demasiadas alegrías para el recientemente rebautizado como aeropuerto Adolfo Suárez, como prueba el hecho de que el número de pasajeros que lo ha utilizado en los ochos primeros meses del año es aun inferior al registrado en el mismo periodo del año 2005, el último antes de que se abriera la Terminal 4.

El pasado agosto asistió, por segundo año consecutivo, a un particular ‘sorpasso’ aeroportuario en España. El aeropuerto de Barcelona-El Prat cerraba el mes como el más visitado del país, con 4,24 millones de pasajeros, por encima de los 3,99 millones registrados por Barajas. Pero la cifra ya no causó la sorpresa de 2013. En julio y junio ya estuvo a punto de producirse el vuelco, especialmente en el segundo, cuando la diferencia entre la afluencia de ambos aeropuertos fue inferior a 3.000 pasajeros a favor de la pista madrileña.

De hecho, la preocupación en torno a la salud del Adolfo Suárez Madrid-Barajas no ha desaparecido. Los siete meses consecutivos de crecimiento en número de pasajeros no son suficientes aún para paliar los efectos de los 25 anteriores, que fueron todo lo contrario, es decir, de continua caída.

Ahora, la recuperación de Barajas es sostenida pero aún está por debajo de la media y aún más de la que registra su principal competidor en España. En los ocho primeros meses del año, Barajas ha registrado un 3,7% más de pasajeros que en el mismo periodo del año anterior, frente a una media nacional del 4,5%.

Entre enero y agosto, Barcelona-El Prat acumula un incremento de afluencia muy próximo al 7% y con el añadido de que está registrando sus máximos históricos, muy al contrario que el aeropuerto madrileño.

Diluido el efecto T4

Pese a esa recuperación experimentada en 2014, la comparativa ni siquiera resiste los tiempos en que el Adolfo Suárez Madrid-Barajas era más pequeño. Entre enero y agosto de 2005, el último año antes de que se abriera la T4, Barajas registró una afluencia de 27,96 millones de pasajeros. En 2014, tras una inversión de 6.000 millones de euros (que la ministra de Fomento, Ana Pastor, se encarga de recordar frecuentemente que aún no está pagada del todo) y una obra que permitía duplicar la capacidad de la instalación, hasta los 70 millones de pasajeros por año, Barajas alberga en los ocho primeros meses del año a 27,58 millones de pasajeros.

Los efectos de la crisis han sido evidentes y esgrimidos como motivos para explicar la crisis del aeropuerto tanto por sus responsables como por las principales autoridades locales y autonómicas.

Sin embargo, las cifras del resto de los principales aeropuertos españoles en términos de tráfico no juegan a favor de achacarlo todo al largo periodo de recesión económica.

Así, el aeropuerto de Alicante registró en los ocho primeros meses del año un 15,5% más de afluencia que en el mismo periodo de 2005. Por su parte, Palma de Mallorca ha incrementado el número de pasajeros un 10,8% en estos nueve años; Málaga lo ha hecho un 9,5% y Gran Canaria, un 5,5%.

En la recta final de la venta de AENA

Fuera de toda órbita, el aeropuerto de Barcelona-El Prat, con un 40% más de pasajeros que en 2005, cuando la diferencia con Barajas era de 9,76 millones de pasajeros entre enero y agosto. En 2014, la brecha se ha reducido hasta el entorno de los dos millones de pasajeros.

Son números que relativizan la recuperación del aeropuerto de Madrid-Barajas y señalan que todavía resta mucho trabajo por hacer, frente a lo que parece ser una realidad palpable en el resto de los principales aeropuertos españoles. El momento es crucial toda vez que el proceso de privatización de su gestora, AENA, se encuentra en la recta final.

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