La red de aeropuertos ha convertido al Estado en el inversor bursátil con más éxito del último año. La participación que la Administración mantiene en AENA tras su privatización parcial se ha revalorizado algo más de 4.000 millones de euros en apenas 13 meses, el tiempo que lleva la compañía cotizando en Bolsa. Ningún accionista particular ni institucional ha logrado un resultado similar en un periodo que, además, se ha caracterizado por la inestabilidad en los mercados.
AENA marcó en la sesión de este jueves nuevos máximos históricos. Por primera vez, los títulos del gestor aeroportuario superaron la cota de 110 euros en el parqué para cerrar en 111.05 euros. Desde que la compañía debutó en Bolsa, en febrero de 2015, las acciones se han disparado un 91,5%. El principal beneficiado de esta evolución ha sido el Estado, que sigue siendo el principal accionista de la empresa. El 51% que aún mantiene vale en la actualidad casi 8.500 millones de euros, una cifra muy próxima a la valoración de toda la compañía cuando se llevó a cabo la OPV.
Así las cosas, el paquete de acciones en poder de la estatal Enaire vale hoy 4.050 millones de euros más que antes del debut bursátil de la empresa. Obviamente, no es una cifra que pase a engrosar las arcas públicas porque, por el momento, no van a ser vendidas. En su día, la Administración sí ingresó 4.320 millones con la venta del 49% restante. Sin embargo, sí puede decirse que, por ahora, el Estado juega a la Bolsa y gana.
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los inversores es el hecho de que la compañía ha mantenido una trayectoria alcista tras la euforia inicial provocada por un debut más que prometedor. En su primer mes como cotizada, AENA subió casi un 15%, lo que hizo que algunos accionistas institucionales, incluidos bancos de inversión que habían intervenido en el proceso de salida a Bolsa, decidieran salir para ejecutar unas plusvalías más que interesantes en aquel momento.
¿Una joya malvendida?
Sin embargo, el tiempo ha demostrado que esa decisión fue precipitada. El gestor aeroportuario ha soportado de forma notable las turbulencias sufridas por los mercados en este periodo, especialmente a finales de 2015 y principios de 2016, cuando amenazas como el frenazo en el crecimiento de la economía china y de otros países emergentes y el desplome del precio del petróleo llevó a los inversores a salir de la renta variable.
Como prueba de lo excepcional del comportamiento de AENA, el Ibex-35 ha perdido algo más de un 13% en el mismo periodo en el que la compañía presidida por José Manuel Vargas ha logrado casi duplicar su precio de OPV.
Esta evolución ha derivado en fuertes críticas al Gobierno por haber vendido la empresa a precios que el tiempo ha demostrado que fueron demasiado baratos. AENA cerró 2015, su primer año como cotizada con una notable evolución de sus resultados, que reflejaron beneficios de 833 millones de euros, un 74% más que el ejercicio anterior.
Además, los aeropuertos de la red registraron la segunda cifra de pasajeros más elevada de su historia, por encima de los 208 millones, sólo superada por la que se dio en 2007, justo antes del inicio de la crisis, que se fue más allá de los 210.
Una meta que va camino de ser pulverizada este año. En los dos primeros meses del año, la afluencia de pasajeros en los aeropuertos se ha incrementado un 14% respecto a la del mismo periodo de 2015.
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